
Garras de un antiguo mal
Nicol Bolas fue alguna vez uno de los más poderosos planeswalkers del Multiverso. Pero con el cierre de las grietas temporales en Dominaria, la naturaleza de la chispa de planeswalker ha cambiado. Ahora mortal y con su poder disminuido, Nicol Bolas planea recuperar su gloria pasada, y ve en los fragmentos de Alara la manera de lograrlo. Usando a sus sicarios para sembrar el miedo, Nicol Bolas preparó a cada plano para librar una guerra. Sembrando el descontento y aumentando las hostilidades, Nicol Bolas continuó avivando los fuegos de la discordia.

Cuando los fragmentos chocaron, el mundo explotó de caos. Cada fragmento enfrentaba nuevos enemigos en dos frentes. Entidades monstruosas nacían en el Remolino. Antes, cada fragmento conocía sólo tres colores de maná; ahora sus mundos eran inundados con magias extrañas y colores de maná que no habían visto nunca. Los magos de cada fragmento exploran los nuevos hechizos derivados del maná desconocido, aumentando la inestabilidad de la situación.

La guerra se expande por la Nueva Alara tal como Nicol Bolas lo planeó. Enormes ejércitos cruzan los paisajes, desesperados por preservar la vida que ellos conocían. Mayael lidera un ejército de Nacatl y behemots hacia la guerra contra Bant y Jund. El código de combate en Bant se desintegra mientras los espectros de la dominación y la agresión entran a su hogar. Los magos de Esper lanzan una cruzada en busca de carmot mientras las hordas de Grixis matan indiscriminadamente y se alimentan de la esencia vital de sus víctimas. Los ciudadanos de Jund persiguen y matan a cualquier cosa más débil, preparando el territorio para los guerreros más fuertes.

Mientras las culturas chocan en las fronteras que ya no existen, el paisaje fue irrevocablemente alterado. Pero el trabajo de Nicol Bolas no está terminado, y tiene poderosos adversarios, incluyendo planeswalkers. Ajani y Elspeth no dejarán que sus mundos sean destruidos sin presentar batalla. La guerra épica escala, y Nicol Bolas se prepara para el acto final de sus planes. Lo único cierto es que el mundo nunca volverá a ser el mismo.
