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El plano anteriormente conocido como Kaladesh renació como Avishkar. El Consulado que lo dirigía acabó derrocado después de una revolución popular que no dejó prácticamente ninguna víctima. El plano ahora está unido bajo un nuevo gobierno planar, conocido como la Asamblea de Avishkar, que se propuso resucitar el Gran Premio de Ghirapur en honor a los nuevos comienzos del plano.
Avishkar: un plano prometedor
El plano de Avishkar debe su brillante existencia a la presencia del éter. El éter es la energía mágica básica, que es vital para el ecosistema de Avishkar. Su energía da vida al mundo natural, moldea la tierra y sus ríos, entrelaza los árboles y otras plantas para formar delicados patrones, y atrae a las criaturas salvajes como una fuerza magnética.
El éter es una parte imprescindible de la cultura inventora de este plano. El Consulado, el órgano que gobernaba Avishkar, reconoció el potencial del éter como fuente de poder, tanto político como tecnológico. Sus esfuerzos trajeron consigo un renacimiento por todo el plano: una época de esperanza, optimismo y creatividad sin límites. Hoy día, los autómatas mecanizados pasean por las calles, los tópteros hacen zumbar sus alas sobre los mercados y elegantes mecanismos de engranajes modifican la mismísima disposición de las ciudades.
Avishkar se enfrentó a uno de sus mayores desafíos durante su andadura hacia la revolución. Bajo una fachada de benevolencia, el Consulado actuó como una fuerza opresora para controlar la tecnología etérea y reprimir la magia innata. Anunciaron la Feria de Inventores, una celebración de un mes de duración para honrar los muchos inventos de los artífices del plano. En realidad, la feria no era más que una farsa, cuyo verdadero propósito era reunir las nuevas tecnologías de Avishkar en un solo lugar, de modo que el Consulado pudiese tomar su control. Su plan se vio desbaratado por un grupo rebelde conocido como los Renegados, que dieron paso a un nuevo comienzo para Avishkar.