Toma dos
Hace un par de meses di comienzo a una serie de artículos que explican cuándo conviene incluir una cantidad específica de copias de una carta en un mazo. Ya he hablado sobre las cuatro copias en Póquer de recursos y sobre las tres copias en Tres son compañía.
Hoy quiero añadir un nuevo capítulo a la saga y, si os fijáis en el patrón que he seguido hasta ahora (o en el título del artículo), sabréis de qué cantidad hablaré hoy: las dos copias.
¿Qué motivos puede haber para incluir dos copias de una carta en una baraja?
Esta es una de las cifras más complicadas de manejar al construir mazos. Es fácil encontrar una razón para llevar cuatro copias de una carta: os interesa robarla con la mayor frecuencia posible. Tres copias representan que queréis robar una carta bastante a menudo, pero sin reunir varias a la vez. Pero ¿y dos copias? Esta cifra es un poco extraña.
En general, dos copias es una cantidad que intento no utilizar demasiado. Cuando alguien me enseña un mazo repleto de parejas de cartas, normalmente es una señal de que no está optimizado: el jugador no sabe cuál es la carta más adecuada, así que incluye cartas de dos en dos para tener variedad.
Por supuesto, también hay motivos razonables para llevar dos copias. Repasemos cinco razones habituales para hacerlo.
1. Esa carta es extremadamente situacional
Algunas cartas son increíblemente eficaces en algunos enfrentamientos, pero casi inútiles en otros. A menudo, esa clase de cartas se llevan en el banquillo, pero no siempre es así. A veces, el metajuego o un punto débil de vuestra baraja hacen preferible añadir algunas copias en el mazo principal. Es decir, una carta que tradicionalmente se incluiría en el banquillo podría llegar al mazo principal por un buen motivo.
Por ejemplo, imaginad que el metajuego actual estuviera atestado de mazos agresivos rojos o negros. Normalmente, una carta como la Oleada de justicia se llevaría en el banquillo, pero la popularidad de esas estrategias sería un buen argumento para incluirla en el mazo principal.
La Oleada no es completamente inútil contra otras barajas (tal vez os crucéis con alguna midrange que tenga criaturas negras, por ejemplo), pero en realidad está pensada contra unos mazos específicos; incluso podría ser una carta muerta en determinados enfrentamientos.
Pues bien, llevar dos copias es una medida razonable. A veces robaréis una para frenar mejor a esos mazos aggro y eso supondrá una diferencia notable. Ahora bien, será muy improbable robar las dos copias, así que no os atascaréis con ellas en la mano durante los enfrentamientos donde no sirvan de nada.
2. Esa carta tiene un coste prohibitivo para vuestro mazo
Cuando hablé sobre las cartas "de tres copias", dije que las cartas en la cima de la curva de vuestra baraja son buenas candidatas para utilizar solo tres.
Pues bien, las cartas "de dos copias" llevan ese concepto al extremo.
Si en la curva de vuestro mazo hay alguna carta realmente poderosa, pero de coste muy elevado, puede ser una buena candidata para incluir dos copias.
Estos tocinos serían buenos ejemplos:
¿Os acordáis de los Titanes?
Estas criaturas son auténticas monstruosidades que pueden dar la vuelta a una partida que parecía perdida. Sin embargo, para un mazo monorrojo midrange con una curva rematada en los cuatro manás, el Titán infernal se va un poco de coste. Aun así, en las partidas donde os inundéis de maná, puede ser un auténtico salvavidas.
Algunos jugadores rojos optan por llevar dos copias de ciertas cartas. Es muy improbable robar ambas, así que, en el peor de los casos, tendréis en la mano una carta que no podéis lanzar. Pero si os inundáis de maná o la partida se prolonga demasiado, contaréis con un as en la manga.
3. Vuestro mazo puede esperar a robar esa carta
El punto anterior no solo es válido para los mazos agresivos o midrange: también puede aplicarse a las barajas de control. Sin embargo, la gran ventaja de esos mazos es que están preparados para jugar a partida avanzada.
Cuando juguéis con robo de cartas y herramientas para ver buena parte de vuestra biblioteca, como Hurgar en el tiempo, y tengáis formas de prolongar la partida usando removal y barremesas, como el Asesinato o Fumigar, incrementaréis vuestras probabilidades de robar cualquier carta específica tarde o temprano. Eso hace que los mazos de control sean mejores que otros para llevar dos copias de ciertas cartas.
Los rematadores son cartas ideales para incluir dos copias. Por ejemplo, fijaos en Akroma, ángel de ira.
Si vuestros rematadores son extremadamente caros, como este ángel legendario, no habrá ninguna prisa por robarlos. De hecho, preferiréis no tenerlos muertos de asco en la mano al principio de la partida. Además, como son resistentes al removal, quizá no necesitéis robar la segunda copia, sobre todo si son legendarios. Esta es la clase de cartas de las que podríais llevar dos copias, para luego añadir otras alternativas y lograr más diversidad.
Y no hablo solo de los rematadores: vuestro mazo principal también puede contener removal situacional contra artefactos o encantamientos, o tal vez algún hechizo para ganar muchas vidas, que podría haceros falta para estabilizaros en ciertos enfrentamientos. Todas esas opciones pueden ser razonables cuando vuestro mazo está construido para resistir.
Y ya que mencionamos el tema de diversificar los rematadores...
4. Diversificar o complementar
¿En qué casos una carta "de dos copias" no es tal cosa? ¡Cuando usáis el método mixto!
Como expliqué en el artículo Tres son compañía, el método mixto es una técnica utilizada para mejorar la diversidad del mazo. Por ejemplo, si tenéis que elegir entre dos anticriaturas con restricciones, tal vez os convenga llevar dos copias de cada uno.
A menudo es mejor robar una copia de dos cartas distintas que dos copias de la misma. Si el oponente juega a Anafenza, la líder, preferiréis tener a mano Producir asfixia. Si lanza al Arcángel Avacyn, preferiréis tener el Precio final. Contar con una mayor variedad (cuando es adecuado para el metajuego) os ayuda a combatir mejor a las diversas amenazas.
Por otro lado, llevar dos copias de una carta puede servir para complementar a otra. Si vuestro mazo contiene cuatro Relámpagos más dos Descargas de rayos, las Descargas servirán como Relámpagos adicionales. ¡Sería como usar seis copias!
5. No tenéis suficiente información
Hace falta un poco de valor para tragarse el orgullo, pero a veces debemos admitir cuándo estamos inseguros de algo.
Imaginad que os encontráis en la siguiente situación.
Tenéis pensado competir con una baraja blanca-azul de control. Habéis optimizado poco a poco el mazo y decidido qué cartas jugaréis. Entonces, en la noche anterior al torneo, decidís probar el Mecatitán torrencial y descubrís que es una maravilla para vuestra baraja.
Sin embargo, solo llegáis a jugarlo en un par de partidas. No sabéis en qué enfrentamientos podría perjudicar a vuestra estrategia y, si quitáis otras condiciones de victoria para hacerle un hueco, quizá empeoréis vuestro mazo accidentalmente.
Una opción sería dejar los Mecatitanes en el garaje durante este evento, pero si realmente queréis jugarlos, podríais probar a añadir solo un par de copias. Esa medida es mucho más segura: si son tan estupendos como creéis, tendréis acceso a ellos, pero evitaréis llegar a la segunda ronda lamentando haber empeorado notablemente vuestro mazo por llevar demasiados Mecatitanes (he de añadir que, en caso de duda, suele ser mejor no hacer experimentos peligrosos, pero eso es un tema para otro artículo).
Todo esto depende un poco del metajuego, pero si queréis hacer pruebas sin correr demasiados riesgos, usar dos copias de una carta es una opción a tener en cuenta, aunque no siempre sea la correcta.
Un arma de doble filo
Aunque no soy muy partidario de llevar dos copias de una carta, es un método que utilizo a menudo cuando empiezo a construir y testear mazos. ¿Sabéis por qué? Porque prefiero robar una mayor variedad de cartas y comprobar cuáles funcionan bien y cuáles no. Luego, en función de los resultados, podré optimizar mi selección. Es una forma de obtener diversidad.
Os animo a que probéis este método. Os conviene evitar la situación que he descrito en el punto 5, y probar a tiempo un montón de cartas distintas puede ayudaros a no caer en ella.
Con esto concluye mi análisis de las cartas de dos copias. Ahora que hemos hablado de tres cantidades distintas, contad con que estudiaremos la copia única en el futuro próximo.
Mientras tanto, si tenéis algún comentario o alguna pregunta, me encantaría oírlas. Siempre podéis contactar conmigo enviándome un tuit a mi Twitter, haciéndome una consulta en Tumblr o escribiéndome por correo electrónico a BeyondBasicsMagic@gmail.com.
Espero que os lo paséis bien eligiendo las cantidades adecuadas para las cartas de vuestros mazos. ¡Nos vemos la semana que viene!