¡No tan rápido!
Imaginad que estáis pilotando una baraja Temur Dynavolt Tower en Estándar. Os habéis sentado a jugar la primera partida del enfrentamiento y robáis vuestra mano inicial.
Vuestras siete cartas son un bosque, Canal riscoaguja, Santuario botánico, Armonía con el éter, Doma del relámpago, Doma del relámpago y Torre dinavoltaica.
Es una mano bastante buena, sobre todo si todavía no sabéis qué mazo usa el oponente. Jugáis primero y decidís quedaros la mano.
Empieza vuestro primer turno. ¿Qué haríais?
Bueno, parece bastante obvio: Santuario botánico y Armonía con el éter, ¿verdad? El Santuario es la tierra más adecuada, porque conviene jugarla pronto, y Armonía es una carta de coste uno, así que es correcto usarla ahora.
Mm... ¿O quizá no?
Analicemos esto detenidamente.
Manna mia!
He aquí una lección importante que debéis recordar: no necesitáis lanzar hechizos solo porque tengáis maná para hacerlo.
Es una mala costumbre que veo constantemente: removal desperdiciado en criaturas irrelevantes solo porque a alguien le sobraba maná al final del turno del oponente, criaturas puestas a tiro de limpiamesas solo porque un jugador las tenía en la mano, hechizos para filtrar cartas que se utilizan antes de saber qué buscar... Como en todas las jugadas de Magic, tenéis que pensar bien vuestras decisiones: evaluad la situación de la partida, analizad la información de la que disponéis, identificad qué es lo importante y decidid en consecuencia.
En la situación anterior tenéis una Armonía con el éter en la mano. Cuesta un maná. Podéis usarla y buscar una tierra ahora mismo para no tener que lanzar el hechizo más tarde. Ese maná no tendría ninguna otra utilidad en este turno.
Entonces, ¿por qué esperar?
En dos palabras: Torre dinavoltaica.
Si aún no necesitáis lanzar la Armonía y os sobra maná en algún turno después de instalar la Torre, esa jugada os proporcionará dos contadores de energía más. Para una baraja en la que una activación adicional de la Torre puede suponer la diferencia entre la victoria y la derrota, ¡esos contadores quizá sean cruciales!
En esta situación y con una mano así, yo no lanzaría la Armonía en el primer turno. Sin embargo, las cosas no siempre son tan sencillas y está claro que hay manos iniciales con las que no dudaría en usar el hechizo.
Entonces, ¿qué debéis tener en cuenta en situaciones parecidas? Hay dos preguntas fundamentales que debéis plantearos.
Visión del futuro
¿Tendré maná para esto en turnos venideros? ¿A qué renuncio si no utilizo esto ahora?
Esas son las grandes cuestiones. El coste de oportunidad de no lanzar la Armonía en el primer turno se reduce a eso en la mayoría de los casos.
Por ejemplo, imaginad que, por algún motivo, sabéis que durante el resto de la partida os sobrará un maná verde todos los turnos. En ese caso, podéis guardaros la carta en la mano, porque siempre tendréis los recursos necesarios para lanzarla.
Sin embargo, Magic no funciona así. No podéis conservar ese maná sin gastar para usarlo en un turno futuro. Por tanto, debéis revisar vuestra mano actual e intuir qué os aguarda más adelante.
Volved a repasar la mano inicial de antes, pero sustituid una de las tierras por un Mecatitán torrencial, de modo que solo tengáis dos tierras. ¿Qué haríais en ese caso?
Personalmente, no dudaría en lanzar la Armonía en el primer turno. Vais a necesitar una tercera tierra para que la mano pueda salir adelante y en segundo turno seguro que tendréis alguna otra jugada. Podríais robar una tierra en vuestros dos próximos pasos de robar, pero si falláis y no la conseguís, no querríais pasar vuestro tercer turno lanzando la Armonía en vez de la Torre dinavoltaica.
Es una mano inicial en la que solo ha cambiado una carta, pero esa carta ha alterado por completo el planteamiento del primer turno.
¿Qué ocurriría si tuvierais un Mecatitán torrencial en lugar de la Torre dinavoltaica? ¿Merecería la pena conservar la Armonía por si robáis una Torre más tarde?
En este caso, yo preferiría lanzar la Armonía en el primer turno para suavizar la curva de maná. En cambio, si tuviese una cuarta tierra en la mano (en lugar del Mecatitán), probablemente reservaría la Armonía.
Ahora bien, es muy importante utilizar el maná con eficiencia. Si rechazáis la oportunidad de usar la carta en el primer turno, luego podría estorbaros. No queréis perder la partida con hechizos en la mano que no podéis lanzar por haber renunciado a una jugada antes... pero tampoco os interesa sacar menos provecho a vuestras cartas.
Ahí es donde entran en juego vuestros conocimientos sobre vuestra mano y biblioteca para mirar hacia el futuro.
También podéis decir que en esta situación hay otros factores que tener en cuenta. Por ejemplo, lanzar la Armonía hará que vuestra biblioteca tenga una tierra básica menos, pero esa ventaja es bastante inapreciable en comparación con la posibilidad de obtener dos contadores de energía adicionales. En ambos casos, revisad la carta y pensad con antelación: ¿podéis esperar para lanzarla o le sacaréis menos partido si no la usáis ahora? Por supuesto, recordad que, cuanto menor sea el coste de la carta, más fácil será reservarla para más adelante.
Veamos otro tipo de cartas con las que ocurre algo parecido.
Selección de cartas
Suponed que no habéis lanzado la Armonía con el éter en el primer turno y que ahora estáis en el paso final del segundo turno del oponente. ¿Lanzaríais el Anticipar que tenéis en la mano?
Podríais hacerlo, pero... ¿Qué buscaríais?
Al margen de esperar para lanzar primero una Torre dinavoltaica, también tenéis que preguntaros si merece la pena aguardar y reunir más información.
Para explicaros esto, me gustaría hablaros de otra época. Una época donde la gente preordinaba el rumbo de las partidas.
En los tiempos en los que el poderosísimo mazo Caw-Blade era el rey de la selva en Estándar (¿o sería más bien el rey del nido?), Preordinar se jugaba en todas partes. Prácticamente todas las barajas azules llevaban cuatro Preordinar (salvo las de unos pocos rebeldes, como Shaheen Soorani), ya que era una herramienta imprescindible. Sin embargo, saber cuándo y cómo utilizar el hechizo no era coser y cantar.
En mis duelos entre mazos Caw-Blade (un enfrentamiento que lamentablemente disputé en 11 de las 16 rondas de un Grand Prix) vi a muchos oponentes lanzando Preordinar. Cada vez que alguien lo utilizaba en el primer turno, sentía un poco de alivio.
A menos que te faltaran tierras o uno de los pilares de coste dos del mazo (la Mística fragua de piedra y el Halcón de escuadrón, para quienes se lo pregunten), el turno adecuado para lanzar Preordinar solía ser el tercero. Era mejor esperar a que la partida avanzase lo suficiente como para saber qué cartas convenía conseguir con Preordinar, y el tercer turno permitía hacer eso y jugar otra carta de coste dos. ¿Necesitabas tierras? ¿Hechizos? ¿Respuestas contra un mazo agresivo? ¿El terror que era Jace, el escultor mental? Si dejabas que la partida se desarrollase un poquito, podías tomar decisiones mucho mejores.
Y ahora volvamos al caso de Anticipar.
Anticipar es muy distinto de Preordinar. Por un lado, no permite adivinar las cartas que dejaréis en la parte superior. Por otro, cuesta dos manás.
Esa diferencia es enorme: el coste de oportunidad por esperar se duplica con respecto a la Armonía con el éter. Con la mano inicial del ejemplo, es fácil tener un turno en el que dispongáis de un maná sobrante para lanzar la Armonía con el éter, pero dejar libres dos manás quizá no ocurra hasta dentro de unos cuantos turnos.
Ante una situación así, yo usaría Anticipar (suponiendo que no haya ningún objetivo apetecible para la Doma del relámpago, porque Anticipar sería más útil después de lanzar una Torre dinavoltaica). Aun así, es una decisión que merece la pena sopesar un poco más. Por ejemplo, si vuestro mazo tiene una curva baja, puede que vuestro plan sea lanzar una Torre dinavoltaica en tercer turno y luego usar la Doma del relámpago y Anticipar en el cuarto para conseguir un buen suministro de energía.
En definitiva, la moraleja de esta historia es que penséis detenidamente si necesitáis lanzar vuestras cartas en cuanto podáis, porque a veces conviene esperar un poco.
Adelante, esperad
Este es un aspecto de Magic del que no se suele hablar mucho, así que espero haberos ayudado a ver las cosas desde otra perspectiva. Desde luego, para mí fue una revelación pensar sobre esto.
Espero que siempre logréis Anticipar cuál es el mejor momento para lanzar vuestros hechizos.
¿Tenéis opiniones o dudas sobre este artículo? ¡Pues me encantaría recibir vuestros mensajes! No dudéis en contactar conmigo enviándome un tuit, un mensaje de Tumblr o un correo electrónico de toda la vida dirigido a BeyondBasicsMagic@gmail.com (en inglés, por favor).
Volveré la semana que viene con otra entrega de Beyond the Basics. ¡Que os divirtáis lanzando hechizos y nos vemos para la próxima!
Gavin