¡Hoy tenemos examen sorpresa! Estáis en tercer turno y sois Gaston. ¿Atacaríais en una situación así?

Como ocurre con la mayoría de dilemas en Magic, vuestro instinto probablemente os diga que "depende". De todos modos, aunque no tengáis más información contextual, ¿qué haríais?

Dadle vueltas al tema.

Mientras tanto, iré explicando algunas cosillas. Hoy vamos a hablar sobre los intercambios. No, no me refiero a si deberíais intercambiar vuestro Arcángel Avacyn foil por un Bosque tropical brumoso: me refiero al arte de intercambiar criaturas en combate.

Intercambiar criaturas en combate significa que, mediante ataques y bloqueos, una criatura muere y hace que otra también muera. Por ejemplo, si os ataco con una 2/2 y la bloqueáis con una 2/1, eso es un intercambio.

Quiero explicaros muchas cosas acerca de los combates, así que esta semana vamos a empezar analizando situaciones de combate donde alguno de los bandos puede intercambiar criaturas.

¿Cuándo es correcto hacer un intercambio? ¿Cuándo es correcto ofrecer un intercambio? ¿Cuándo es mejor no poner en riesgo a nuestras criaturas? Existen diversos factores que influyen en estas decisiones.

Seguid leyendo y no respondáis aún a la situación que os he mostrado al principio.

En función de vuestra mano

La fuente de información más obvia para tomar una decisión está justo delante de vosotros: son las cartas que hay en vuestra mano.

Esta es la información que sin duda alguna va a ser relevante en la partida, así que tendrá un gran peso en vuestra decisión de intercambiar criaturas o no.

En primer lugar, las criaturas que tengáis en la mano influyen mucho en estas decisiones.

Digamos que sois Gaston y tenéis una Caballero del Sendero del Peregrino en la mano.

Conseguir que la Caballero haga daño de combate es una de vuestras prioridades. Por tanto, os encantaría que el oponente hiciera un intercambio en esta situación, ya que así podríais lanzar a la Caballero y darle prestigio al turno siguiente, si todo marcha bien.

Yo atacaría sin dudarlo en esta situación.

Ahora cambiemos un poco el guion.

Digamos que esta vez sois Belle en la situación anterior y que Gaston ataca con su Buscador de gloria. Vosotros tenéis una llanura y una Inquisidora militante en la mano. ¿Qué haríais?

Desde luego, podríais intercambiar vuestras criaturas. Ahora bien, si esperáis un turno, la Inquisidora anulará virtualmente los ataques de la 2/2 de Gaston. Si conserváis la Marta, tal vez podáis contraatacar con ella o unirla defensivamente a la Inquisidora para detener otra amenaza más peligrosa. Por tanto, yo no bloquearía en esta situación.

Otros factores que influyen con frecuencia en estas situaciones son las inundaciones y la escasez de maná.

Digamos que no tenéis más tierras en la mano y que vuestra próxima jugada sería una carta de cuatro manás. En ese caso, es muchísimo mejor hacer el intercambio, porque necesitáis ganar tiempo para robar más tierras.

Si esa es vuestra situación y sois Gaston, lo mejor sería no atacar y tratar de buscar el intercambio. Si estáis en esa situación y sois Belle, no dudéis e intercambiad criaturas en caso de que Gaston ataque. No podréis ganar la carrera de daño y, si no hacéis el intercambio ahora, probablemente os veréis en la misma tesitura al turno siguiente.

Además de las tierras y el tamaño de las criaturas en mano, cualquier otra carta de Magic puede influir en estas decisiones. Por ejemplo, si sois Gaston y tenéis una Llama flagelante en la mano, intentaríais intercambiar el Buscador de gloria. Por contra, si sois Belle y tenéis la Marta de bronce y ese hechizo, os convendría no intercambiar la criatura.

Siempre que debáis plantearos si hacer un intercambio, procurad tener en cuenta las cartas de vuestra mano y pensad cómo podría desarrollarse la partida.

En función de vuestra estrategia

Las cartas que tengáis en la mano solo son una parte de las cosas que sabéis sobre las partidas. Otra cuestión importantísima es que tengáis presente cuál es vuestra estrategia.

Digamos que estáis en la piel de Gaston y que vuestro mazo es blanco-azul, pero tirando a controlero. Vuestro plan es prolongar la partida y ganar gracias a la ventaja de cartas y a las cartas de coste alto. Os encontráis en la misma situación de antes: vuestro Buscador de gloria se enfrenta a una Marta de bronce.

¿Qué haríais?

En ese caso, yo normalmente no atacaría.

El objetivo del mazo es ganar a partida avanzada. Si conseguís prolongar la partida todo lo posible, tendréis la ventaja. Por tanto, no hay necesidad de intercambiar 2 puntos de daño por 2 puntos de daño. Es mejor intercambiar recursos al principio para proteger vuestro total de vidas, porque sabéis que tendréis ventaja más adelante.

Conocer vuestro mazo es extremadamente importante para decidir si os interesa intercambiar criaturas o no.

También hay cartas específicas que pueden tener especial relevancia. Por ejemplo, digamos que vuestro mazo esconde algún que otro Sobrepasar.

Si disponéis de esta carta, normalmente os convendrá evitar los intercambios siempre que podáis, porque todas las criaturas que tengáis en el campo de batalla serán un auténtico peligro cuando lancéis un Sobrepasar. Eso no significa que nunca debáis intercambiarlas; sin embargo, podéis decantaros por no hacerlo en casos como este, al principio de la partida.

Cambiemos ahora de estrategia y digamos que vuestro mazo es rápido y agresivo. Si sois Gaston, probablemente os convenga atacar. Si sois Belle y os atacan, no deberíais bloquear.

¿A qué se deben estas decisiones? Bueno, si sois Gaston y no bloquean vuestro ataque, habréis hecho 2 puntos de daño por la cara. Si os bloquean, simplemente haréis un intercambio que probablemente iba a ocurrir de todos modos y perderéis una criatura relativamente débil, lo que despejará el camino a otras criaturas más fuertes.

Dicho eso, Gaston también debería tener en cuenta lo que hay en su mazo. Si está cargado de removal de coste bajo, probablemente sea mejor esperar un poco y tratar de usarlo para luego hacer daño con la criatura; en cambio, si su baraja está cargada de criaturas 3/2, será mejor que intente hacer el intercambio.

Si sois Belle y vuestro mazo es agresivo, vuestro plan es hacer todo el daño posible cuanto antes. Por ello, si os atacan, es preferible no intercambiar vuestra criatura e intentar hacer 2 puntos de daño con ella cuando llegue vuestro turno. Prevenir una pérdida de 2 vidas probablemente sea menos importante que hacer 2 puntos de daño al oponente.

Como veis, conocer vuestro propio mazo es muy importante para saber cuándo debéis intercambiar criaturas o no.

En función de la estrategia rival

Al igual que sucede con vuestro propio plan de juego, entender la estrategia del oponente es crucial. Como afirmaba Sun Tzu, el conocido filósofo y estratega chino: "Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, ni en un centenar de batallas necesitarás temer por el desenlace". Aunque su proverbio quizá suene un poquito exagerado en el contexto de Magic, este sabio no iba tan desencaminado.

No siempre lograréis conocer las intenciones del oponente, pero cuando lo hagáis, podréis sacar provecho a esos conocimientos.

Supongamos que sois Gaston y que vuestro mazo es de estilo midrange y tiene una curva decente, como muchas barajas de Limitado. Sin embargo, sabéis que el mazo de Belle es extremadamente agresivo y está repleto de criaturas de coste 2 o 3. En ese caso, yo preferiría no atacar. Es la clásica cuestión de quién es el agresor: en este caso es el oponente, así que os conviene intercambiar criaturas para quitarle recursos y sobrevivir hasta llegar a partida avanzada. Incluso aunque vuestro mazo no esté preparado para controlar la partida, como en el ejemplo anterior, en esta situación tenéis que actuar como una baraja de control.

Asimismo, si sois Belle en esta situación y sabéis que el mazo de Gaston es superagresivo, debéis bloquear si os ataca. De forma parecida a la situación anterior, en general es mejor que os comportéis como un mazo de control e intentéis proteger vuestro total de vidas y ganar con criaturas mayores.

Criaturas grandes por criaturas pequeñas

Bueno, hemos visto muchos ejemplos con criaturas de tamaños muy similares. Estos principios podrían aplicarse a muchas otras criaturas de tamaños equilibrados, pero esos no son los únicos intercambios que se pueden producir. A veces, una criatura grande y una pequeña también pueden intercambiarse. ¿Qué conviene hacer en esos casos?

Una norma general muy simplificada sería la siguiente: conviene que intercambiéis vuestras criaturas pequeñas por las criaturas mayores del oponente, mientras que debéis evitar lo contrario.

Esta vez, digamos que Gaston tiene un Gólem vítreo y Belle continúa con su Marta de bronce.

En esa situación, Gaston debería evitar a toda costa ese intercambio, mientras que Belle debería hacerlo si se presenta la oportunidad.

Una 6/2 es mucho mayor que una Marta de bronce. Aunque no pueda atravesar las defensas de Belle ahora mismo, si el terreno está despejado más tarde (por ejemplo, si la Marta de bronce se ve obligada a bloquear otra cosa o si le cae un Choque), el Gólem vítreo podrá liarse a mamporros. De hecho, aunque tenga que quedarse defendiendo un rato, el Gólem vítreo será mucho más valioso, porque podrá intercambiarse por otras criaturas grandes.

Hay excepciones, por supuesto. Sin embargo, este intercambio sería malo en general para Gaston.

Comparación de habilidades

Hasta ahora hemos visto ejemplos con criaturas sin habilidades, ¡pero la inmensa mayoría de las cartas de Magic tienen alguna, por supuesto! ¿Cómo influyen esas ventajas en los intercambios?

Fijaos en esta situación (dando por hecho que no hay cartas en los cementerios).

Estas criaturas pueden intercambiarse en combate, pero ¿merece la pena? ¿Llegará a ocurrir en algún momento? Estudiemos la situación.

La criatura de Gaston es mayor... pero volar es una habilidad extremadamente valiosa. Mientras que una 3/2 podría verse superada por una gran cantidad de criaturas terrestres, una 2/1 voladora seguirá siendo relevante hasta que el oponente lance una criatura voladora o con alcance que tenga una resistencia de 3 o más.

Ahora bien, la criatura de Gaston tiene una habilidad relevante: puede volverse bastante fuerte cuando se haya habilitado delirio.

¿Cómo se pueden sopesar estos factores tan dispares?

Este proceso requiere varios pasos. Primero debéis tener en cuenta todo lo que hemos explicado hasta ahora (las cartas que tenéis en la mano y las estrategias de ambos mazos). Lo siguiente es reunir toda esa información y usarla para predecir el futuro en la medida de lo posible.

¿Predecir el futuro? ¡Pues sí!

Me refiero a utilizar toda la información que tengáis para valorar cómo se desarrollará la partida. Por ejemplo, si Gaston tiene la mano llena de cartas de tipos distintos que pronto irán al cementerio, no le convendría hacer el intercambio.

En cambio, si Gaston sabe que su mazo no tiene muchas criaturas voladoras (y más aún si en la partida anterior sufrió el asalto aéreo de Belle), le encantaría hacer el intercambio. En general, yo atacaría si estuviera en la situación de Gaston.

Si Gaston ataca, Belle tendrá que hacer una evaluación similar. Si ganó la partida anterior con criaturas voladoras y sabe que Gaston tendrá problemas para frenarlas, puede que encajar el daño sea lo mejor para ella. En cambio, si tiene pocas tierras y necesita tiempo para estabilizarse y no arriesgarse a perder la carrera contra el Acero de la parroquia, quizá le convenga hacer el intercambio.

No obstante, si Gaston ataca, Belle sabrá una cosa más: a Gaston no le importa que ese intercambio ocurra. Esa información también es valiosa y nos lleva al tema de...

Pensar como el oponente

En combate, los defensores siempre tienen más información que los atacantes. ¿Sabéis por qué? ¡Porque pueden tomar sus decisiones más tarde!

Eso significa que, si sois Belle en esa situación, podréis plantearos la pregunta más importante en Magic: ¿por qué ha hecho eso mi oponente?

Fijaos en esta situación:

Gaston planta en mesa su Profeta demente y ataca con él. Si sois Belle, eso os indica algo: a Gaston le parecería bien intercambiar su Profeta demente por vuestra Invocadora del fulgor del alba, porque de lo contrario evitaría atacar. Además, esto probablemente sea una señal de que o bien su mano es muy buena o bien no tiene muchas formas de lidiar con la Invocadora, porque ha preferido atacar en vez de descartar una carta para robar otra.

Una vez que hayáis analizado todo eso desde la perspectiva de Belle, podréis utilizar dicha información para decidir si intercambiar criaturas o no. Por lo general, si el oponente quiere que hagáis algo, debería ser una señal de que lo mejor es no hacerlo o de que sabéis algo que el oponente ignora.

Los trucos del oficio

En estas ecuaciones siempre hay que tener en cuenta un elemento clásico de Magic: los trucos de combate.

Las cartas como el Crecimiento gigante pretenden convertir el intercambio de una criatura en un intercambio por esos hechizos. Siempre podéis utilizarlos para atacar sin miedo, pero es importante que tengáis claro si realmente queréis usarlos.

Fijaos en esta situación en mesa.

Aquí, Gaston tiene un Salto formidable listo para utilizar si Belle bloquea. ¡Bam! La cosa ha ido de perlas, ¿verdad?

Bueno... En realidad, no. Gaston ha utilizado dos manás para usar su Salto formidable como removal (básicamente, una Cuchilla fatal que también impide que la criatura haga daño) para destruir la Marta y conservar un simple Buscador de gloria. Si yo fuera Belle y Gaston hiciera esa jugada, estaría celebrándolo por dentro.

Hacer ese ataque está bien... pero yo no habría utilizado el truco si Belle bloquease, porque ese Salto formidable probablemente resultaría útil más adelante. Ahora bien, si el truco fuera otro que no me costara una carta y solo requiriese un maná, como un Vendaje, me sentiría mucho más cómodo usándolo (porque luego podría lanzar otra carta por dos manás).

La moraleja de esta historia es que siempre debéis preguntaros si de verdad queréis utilizar un truco de combate en una situación determinada.

Las criaturas son lo que son

Otro detalle que quiero comentar brevemente es la importancia relativa de las criaturas "fuertes" en comparación con las "débiles". Cuando una criatura está en mesa, está ahí para cumplir una función, por muy buena o mala que os parezca la carta.

Fijaos en esta situación:

El Diablillo de la chimenea es una auténtica chusta: una 1/2 voladora por cinco manás con una habilidad bastante mala. La Pandilla Vendilion es una carta extremadamente buena que se ha jugado en todos los niveles de competición.

Si comparáis ambas criaturas por su eficacia natural, ¡este intercambio parece horrible para Belle! Sin lugar a dudas, la Pandilla Vendilion es muchísimo más valiosa.

No obstante, esa diferencia de categoría es irrelevante aquí: ¡Belle tiene que darse cuenta de que no puede ganar la carrera de daño! Su oponente está a 20 vidas y ella está a 3. Si encaja este golpe y luego ataca con la Pandilla, el Diablillo acabará con ella en dos turnos más.

El contraste entre el Buscador de gloria y la Marta de bronce es un ejemplo muchísimo menos pronunciado: el Buscador es ligeramente superior porque es una 2/2 por dos manás, en vez de una 2/1. Sin embargo, a menos que vuestro mazo esté repleto de criaturas con fuerza de 1 o que anticipéis que habrá muchos bloqueos dobles, la diferencia de categoría es tan pequeña que no influirá en el intercambio.

Adrian Sullivan dijo una vez que las cartas malas tienen la mecánica secreta "cutre", que hace que el oponente juegue mal al verlas. Desde luego, yo no utilizaría a propósito cartas tan pésimas como el Diablillo de la chimenea. Aun así, cuando una criatura está en juego, su coste se ha pagado y ahora hay que evaluarla por lo que es. Como diría Ke$ha, las criaturas "R Who They R" (son lo que son). Da igual que una 3/3 voladora haya costado un maná o siete: sigue siendo una 3/3 voladora.

"¿Bloqueos?"

Concluimos la lección con un asunto muy importante: a veces, ¡el oponente no bloqueará!

Aunque el defensor siempre toma la decisión final, no tendrá toda la información de la que disponéis vosotros. Muchas veces verá los intercambios de criaturas en igualdad de condiciones como una especie de lanzamiento a cara o cruz (aunque espero que entendáis que son mucho más complejos, ahora que habéis leído este artículo).

Es importante tener en cuenta todos los factores y sopesar todas las variables que he mencionado. Sin embargo, si vuestro mazo necesita hacer daño y la decisión no está del todo clara, os recomendaría que ataquéis.

Y ahora volvamos a la situación original, la del principio del artículo. Un Buscador de gloria contra una Marta de bronce. ¿Qué haríais?

¿Habéis pensado vuestra respuesta?

Os diré la mía: si fuese Gaston, no dudaría en atacar; si fuese Belle, no dudaría en bloquear. Es una situación extraña, puesto que normalmente, cuando ambos jugadores están de acuerdo en un desenlace, significa que uno de ellos se equivoca. Sin embargo, aquí no hay información suficiente para saber quién está en lo cierto. También podríais argumentar que, si os consideráis mejores jugadores que el oponente, preferiríais no hacer el intercambio, ya que las situaciones complejas en mesa favorecen al jugador superior, ¡pero eso es un tema para otro artículo!

Por supuesto, la decisión se ve afectada por los numerosísimos factores que ya he explicado: en Magic, ninguna decisión se toma con tan poco contexto como en este caso.

La situación del ejemplo no está exenta de debate, porque cada jugador aborda las situaciones de combate de manera distinta. Mientras escribía este artículo, planteé la cuestión en Twitter y recibí todo tipo de respuestas.

En la encuesta general, la mayoría de la gente dijo que probablemente atacaría, mientras que solo una de cada cinco personas se contendría.

También participaron varios pros y algunos opinaron lo mismo que yo. Por ejemplo, el antiguo columnista de Level One, Reid Duke, comparte mi perspectiva.

Ryan Spain, un especialista en Limitado, mencionó un detalle importante: el jugador con maná enderezado siempre tiene la ventaja (aun así, a menos que cuente con un truco de combate que realmente merezca la pena, esto no siempre se traduce en una ventaja, como hemos visto antes).

En cambio, Paulo Vitor Damo da Rosa, un conocido miembro del Salón de la Fama, opina lo contrario. En vez de ofrecer al oponente la posibilidad de decidir, él preferiría pasar el turno y reunir información sobre las intenciones del adversario para averiguar cuál puede ser su estrategia.

Paulo y yo seguimos debatiendo el tema en privado, porque nos pareció una cuestión interesante. Nos mostramos de acuerdo en algunos aspectos, mientras que en otros estábamos en desacuerdo. Paulo me comentó que quizá escriba sobre el tema, así que estad atentos a sus artículos si queréis conocer su opinión.

Al final, creo que la persona que dio en el clavo fue Brian Braun-Duin.

Tienes toda la razón, Brian. Todo Buscador de gloria que se precie debería lanzarse en busca de ella.

Bueno, me parece que he dedicado más palabras al Buscador de gloria y a la Marta de bronce de las que nadie creía posible. ¡Espero que hayáis disfrutado con este pequeño ensayo!

Aunque me haya centrado en ejemplos de Limitado, tened en cuenta que mis explicaciones son igual de aplicables a Construido. De hecho, debo mencionar que en Construido es mucho más fácil saber cuál es la estrategia del oponente después de jugar los primeros turnos, ¡así que sacad provecho de ello y utilizad con cabeza esa información!

Eso es todo por mi parte esta semana, así que nos veremos en la próxima. Si queréis compartir vuestra opinión o tenéis algo que comentar, enviadme un tuit, mandadme una consulta a mi Tumblr o, si preferís redactar correos más largos, contactad conmigo en BeyondBasicsMagic@Gmail.com.

Espero que vuestros Buscadores de gloria encuentren siempre la suya,

Gavin
@GavinVerhey
GavInsight