Pensando con sensatez
Bienvenidos a la Semana Jeskai. Esta es la segunda parte de una serie de cinco semanas en las que analizaremos las diversas combinaciones donde un color se empareja con sus dos enemigos. La primera semana temática de las cuñas fue la abzana. Además, si os gustan mis artículos sobre el sistema de colores, podéis leer más de veinte textos sobre este tema (os aviso de que la mayoría estarán en inglés).
Os explicaré brevemente cómo son estos artículos. La idea es reunir en una misma sala a los tres colores de la cuña protagonista; luego les planteo algunas preguntas y me retiro para que los colores respondan.
Aclarado esto, comencemos.
Hola a todos, me gustaría que empecéis por presentaros. Hagámoslo según el orden por el que aparecéis en los costes de maná de las cartas jeskai.
Soy Azul, el color principal de la cuña jeskai. Mi meta es alcanzar la perfección mediante el conocimiento.
Soy Rojo. Quiero lograr la libertad poniéndome en acción.
Soy Blanco. Mi objetivo es lograr la paz mediante la estructuración.
Me gusta empezar estos debates hablando sobre los aspectos que representan las cuñas. En vuestro caso, es la astucia. ¿Me podéis comentar un poco qué significa para vosotros esta característica?
Claro, hombre. Para mí, la astucia es la capacidad para engañar al oponente. La clave es averiguar qué cree él que va a pasar y luego hacer que suceda algo distinto.
Comparto la idea de anticiparse a las acciones del oponente, pero creo que ser astuto consiste en descubrir cosas sobre el oponente y luego utilizar ese conocimiento a favor de uno mismo.
Pero ser astuto implica tener aptitud para golpear por sorpresa.
¿Qué os parece si hablamos por turnos?
Nadie te priva de intervenir. ¡Venga, no te cortes, que estamos en un foro libre!
Acabo de darme cuenta de que estoy con Negro o contigo en todas las cuñas donde colaboro; así no hay quien ponga orden.
Lo dices como si fuese algo malo. Estamos en una mesa redonda; la idea es que todos podamos brindar juntos y comentar lo que sea.
Pero también podemos hacerlo por separado, en orden. No creo que haga falta "brindar juntos".
¡Uy, cuidado, que íbamos a hacer un debate entretenido! A ver si podemos quitarle toda la gracia...
¿Qué os parece si respondemos a la pregunta que se nos ha planteado?
Yo ya lo he hecho.
Lo decía para ceder la palabra a Blanco.
Gracias, Azul. Yo creo que la astucia consiste en obligar al oponente a responder de una forma concreta y luego tomar medidas para impedírselo.
Eh, eso es engañar al oponente. Es lo mismo que he dicho yo.
No has prestado atención a las palabras que ha usado Blanco. Él aboga por tomar medidas proactivas. En cambio, tú eres mucho más reactivo.
Emboscador de la horda | Ilustración de Tyler Jacobson
Yo me dejo llevar, si te refieres a eso. Soy espontáneo y la astucia no es siempre cuestión de planificar.
Buena parte sí lo es. ¿Cómo puedes asegurarte de que el plan del oponente no le salga bien? La respuesta es ir un paso por delante.
Yo ya voy un paso por delante, pero confío en mi intuición. Sigo mis impulsos, no me siento a trazar planes y pensar en variables.
Parece que todos estamos de acuerdo en que la astucia implica actuar de una forma que el oponente no pueda anticipar debidamente. Todos lo hacemos a nuestra manera. Mi método es reunir información sobre mi adversario y sus estrategias. A Rojo le gustan las artimañas y hacer que sea difícil prever sus intenciones. Blanco prefiere las medidas proactivas para crear respuestas a las futuras amenazas. Todos tenemos nuestra forma de ser astutos.
Hablemos sobre eso. ¿Qué recursos tenéis para ser astutos? Me refiero a las mecánicas de las que disponéis.
Azul y yo podemos saquear, aunque lo hacemos de formas un poco distintas. Blanco y yo podemos usar un montón de trucos de combate.
Los tres contamos con muchos instantáneos interactivos. Yo puedo robar cartas, filtrarlas y lanzar contrahechizos.
Tal como han dicho ellos, todos tenemos la capacidad para sorprender al oponente. Yo utilizo mucha prevención y redirección de daño, protección e indestructibilidad.
Yo también puedo proporcionar antimaleficio, reducir la fuerza de las criaturas de mi oponente y, por supuesto, devolver permanentes a la mano.
Retirada forzada | Ilustración de Mark Winters
Yo también puedo devolver mis propios permanentes a la mano.
Cierto.
Yo puedo hacer un montón de daño directo, a menudo como instantáneo, y también soy capaz de trastear con los cálculos en combate.
Los tres también podemos hacer que nuestras criaturas atraviesen las líneas enemigas. Yo puedo volverlas imbloqueables, Blanco también puede conseguirlo más o menos protegiendo contra colores y Rojo es capaz de hacer que las criaturas del oponente no bloqueen.
Además, Azul y yo tenemos criaturas evasivas con la habilidad de volar.
Yo uso la habilidad de prisa y Azul, la de destello. Gracias a ellas, podemos sorprender al adversario con un atacante que no había previsto. Además, tanto Azul como yo sabemos redirigir hechizos y copiarlos.
La mayoría de lo que hemos mencionado se consigue gracias a hechizos que no son de criatura, lo que nos permite interactuar con la mecánica jeskai: destreza.
Decidme vosotros dos cómo os sentís al colaborar con un enemigo en común.
No mola ni un pelo.
Ha dicho "vosotros dos", se refería a Azul y a mí.
Creo que tú eras el "enemigo en común".
¡Eh, eh, parad el carro! Cuando me pidieron que viniese, me dijeron claramente que no habría normas. Solo se nos plantearían preguntas y luego podríamos hablar.
Siempre hay normas.
No, no las hay. O sea, tú te ciñes a ellas todo el santo rato, pero solo tú. ¡Estás obsesionado con ellas! En serio, casi parece un caso patológico. La verdad es que da un poco de miedo.
¿Es mejor que me deje llevar por la anarquía, como tú?
Pero mira que te gusta poner etiquetas. Que si soy "anárquico", que si "caótico", que si "inestable"... Todos esos calificativos hacen que parezca destructivo, pero también soy el color de la pasión, la lealtad, la empatía, la ternura y el amor. Soy el motivo por el que a la gente le importan los demás.
Y la caridad, la elegancia, la piedad, la simpatía y el remordimiento son cosas mías; no tienes el monopolio en lo que se refiere a preocuparse por el prójimo. Por favor, si ni siquiera te importa el sentimiento de comunidad. Tú solo quieres hacer lo que se te antoje, y a la porra las consecuencias.
Ya, y a ti te preocupa el grupo, pero siempre ignoras a los individuos. Si alguien tiene que morir para salvar a cincuenta, ni pestañeas. Lo haces por el "bien mayor", claro, pero ¿a qué precio? Todo el mundo necesita a alguien importante en su vida, más que a cincuenta desconocidos.
Terminar con las hostilidades | Ilustración de Jason Rainville
¿Y quién puede decidir qué persona es más importante que otra?
Todo el mundo puede hacerlo.
Eso es caminar por la cuerda floja. Se empieza por dar preferencia a una persona y se termina por justificar por qué ella y tú merecéis más las cosas que los demás.
Ese es el problema de las emociones: son irracionales. Si tomas decisiones sin reflexionar, puedes acabar haciendo cosas que no deberías.
Vale, cometo errores, pero al menos me implico y hago cosas, me pongo en acción. Tú vives en un mundo estéril y nunca te implicas emocionalmente. Por eso te cae bien Blanco. Vosotros metéis todo lo ajeno en una cajita y os ponéis a analizarlo a muerte; nunca os implicáis con los demás. Blanco, tú no paras de hablar sobre lo importante que es la gente, pero nunca formas vínculos personales. Y Azul, tú eres tan distante que ni siquiera entiendes las inquietudes de las personas que te rodean.
¿Y qué hay de la gente que sufre por tu culpa? Esa actitud de "hacerlo ya porque parece lo correcto" hace que otros lo pasen mal, pero nunca reflexionas sobre ello porque siempre pasas página. Nunca te quedas para ver las consecuencias de tus actos... Consecuencias que a menudo traen dolor y sufrimiento.
Creo que este es un buen momento para hablar un poco sobre las metas que mencionasteis al principio.
A mí me interesa la libertad. Eso significa que...
¡Calla, espera! ¿No ves lo que estás haciendo? Cada vez que nos preguntan algo, siempre te lanzas a responder primero.
¿Y qué?
Quizá sea más correcto que nos turnemos para que todos podamos ser los primeros en contestar.
¿Y qué más da?
Eso, ¿qué más te da? ¿En qué te beneficia a ti? ¿Te importan los sentimientos de Azul o los míos?
Pero si Azul no tiene sentimientos.
Claro que los tengo, pero no dejo que guíen mi vida.
Espray cegador | Ilustración de Wayne Reynolds
Reprimir todas tus emociones es muy parecido a no tenerlas.
Estás volviendo a cambiar de tema cuando ves que algo te incomoda. ¿Podemos hacer el favor de volver al asunto de tu falta de educación y el porqué de no dejar que los demás hablen primero?
No, las conversaciones no se desarrollan así. No se puede "volver a un tema". Si quieres hablar sobre algo, tienes que encauzar la charla.
Vale, pues hablemos de tu falta de educación en este preciso momento.
¿Yo soy el maleducado?
Efectivamente.
Estoy de acuerdo.
¿Os juntáis contra mí y el maleducado soy yo?
No nos juntamos contra ti: tú estás siendo maleducado y nosotros dos estamos afirmándolo como es debido.
Cada vez que Azul y tú os unís, pasa esto. Empezáis a inventar normas sobre cómo debe ser la gente y, sorpresa, sorpresa, todo lo que hago va contra las reglas.
Porque nunca piensas en nadie salvo en ti mismo.
Ojito, no me compares con Negro. Claro que me importan los demás, solo que elijo quiénes son esas personas. Por mucho que pretendas creerte esa ilusión de que todos somos iguales, no es así. Si puedo escoger entre ayudar a un ser querido o a un desconocido, elegiré al ser querido, siempre. ¡Y digo siempre!
¿Y qué pasa si todo el mundo actúa así? En cuanto se empieza a decidir que cierta gente es más importante que otra, surge la falta de igualdad. Tú solo te fijas en cómo afectan tus decisiones al presente, pero todos nuestros actos tienen consecuencias a largo plazo que influyen en la sociedad. Por ejemplo, cuando tú quieres hablar, te lanzas. En cambio, Azul tiene paciencia. Sumando esos dos hechos, has monopolizado la entrevista y Azul no ha podido intervenir gran cosa, y eso que es el color principal de este clan. Os diré qué vamos a hacer: esta pregunta de la entrevista la responderá primero Azul, directamente.
De acuerdo. Azul, ¿puedes explicar cuál es tu meta y qué métodos utilizas para alcanzarla?
Con mucho gusto. Y gracias, Blanco. Yo creo en lo siguiente: todas las personas nacen con un potencial ilimitado, todos venimos al mundo como un diamante en bruto. El propósito de la vida es descubrir en qué queremos convertirnos y esforzarnos por lograr lo que consideramos esencial para cumplir ese cometido. Un elemento clave de este proceso es la educación. Para hacer algo bien, tenemos que adquirir todo el conocimiento necesario. También debemos aprender qué herramientas nos hacen falta para desempeñar nuestra labor y conseguirlas. Por último, tenemos que desarrollar nuestras capacidades, lo cual se logra mediante la experiencia. El conocimiento, las herramientas y la experiencia nos permiten desarrollar nuestro potencial.
Contemplación silenciosa | Ilustración de Magali Villeneuve
Eso no explica por qué eres un antipático.
¡Rojo!
Vale, perdón: eso no explica por qué te niegas a aceptar tus emociones.
Las emociones son una trampa. Para desarrollar el potencial de uno mismo, hay que utilizar el intelecto. Cada individuo tiene unos recursos limitados, así que se deben establecer prioridades si se pretende progresar. Las emociones provocan impulsos, que se basan en las necesidades biológicas que adquirimos tiempo ha, para sobrevivir en un mundo salvaje. La sociedad ha cambiado, pero nuestros impulsos biológicos no han ido en paralelo y pueden desviarnos de nuestro objetivo a largo plazo con tal de satisfacernos en el momento inmediato. Entregarnos a nuestras emociones nos aporta beneficios a corto plazo, pero a costa de no esforzarnos de cara a nuestras metas lejanas. Si realizamos un sencillo análisis coste/beneficio, no merecen la pena.
¿Un análisis coste/beneficio? ¿Ahí englobas la felicidad? ¿La tristeza, la ira, el miedo? Haces como si nuestras emociones fuesen algo primitivo que hemos dejado atrás, pero son la voz de nuestros cuerpos, que nos dicen qué necesitan.
No, nuestros cuerpos nos dicen qué quieren, no qué necesitan. ¿Necesitamos pegar a quienes nos hacen enfadar? ¿Necesitamos huir de algo que podría decepcionarnos? ¿Necesitamos llorar porque no hemos conseguido lo que queríamos? Las emociones son respuestas fáciles para dilemas complejos. Pegar a alguien no resolverá un conflicto. Huir no nos ayuda a superar los obstáculos. Llorar no hará que dejemos de sentirnos decepcionados. El intelecto nos permite ir más allá de los impulsos a corto plazo y dar con los medios para conseguir lo que necesitamos.
Así que reprimes todos tus sentimientos. ¿Eso hace que desaparezcan?
Nunca he dicho que las emociones no sean una fuerza poderosa. Por eso, es importante ser disciplinado.
¡Exacto!
Estás poniendo el carro delante de los bueyes. ¿Cuál es el propósito de conseguir todo lo que se quiere? ¿Ser feliz? ¿Pues sabes qué? ¡Que ignorar tu propia felicidad para alcanzar una serie de objetivos que te has marcado no es la mejor forma de ser feliz! Estás tan centrado en el futuro que no disfrutas del presente. Vives en un mundo donde el mañana es tan prometedor que el ahora siempre es penoso.
Y tú vives en un mundo en el que solo puedes ir de momento en momento. Para lograr las cosas que quieres, hay que sacrificarse. Hace falta esfuerzo, dedicación, concentración y tiempo. Tú nunca podrías hacer uso de nada de esto, porque te privaría de conseguir algo en el presente, en vez de en el futuro. Sería un comportamiento opuesto a tu forma de ser.
Rojo, creo que este es un buen momento para que nos hables sobre tu meta y cómo pretendes lograrla.
Parece que todo el mundo quiere tacharme de ser el color despreocupado y descontrolado. Me preocupo por cosas, probablemente más que ningún otro color. Creo que la vida consiste en encontrar lo que te apasiona y vivir en función de ello, actuando según ello. Hay demasiada gente que pasa la vida yendo sin más de etapa en etapa y que nunca conecta con lo que la hace sentir viva. Eso no es vivir. Sé que mucha gente no sabe cómo solucionarlo, pero la respuesta es muy sencilla: en nuestro interior, todos sabemos lo que queremos. La clave es aprender a escuchar a nuestro corazón y luego hacer lo que nos pide.
Antes has dicho que tu meta final es la libertad.
Enseguida llego a esa parte; disculpa que mi meta no sea tan simple como la tuya. Como iba diciendo, me gustaría que todo el mundo descubriese qué lo apasiona. Sin embargo, para lograrlo, necesitamos una sociedad que permita a la gente hacer eso. Cuando afirmo que mi meta final es la libertad, me refiero a que querría ver que todo el mundo tiene la posibilidad de ponerse en acción para hacer lo necesario con tal de dar con su pasión.
¿Y si esa pasión fuese algo que perjudicase a otra gente?
Patada repentina | Ilustración de Mathias Kollros
No abogo por la violencia sin sentido, pero si algo te hace daño a ti o a alguien que te importa, deberías tener el derecho a hacer lo necesario. A ver, yo no voy por ahí buscando camorra, pero no me echo atrás cuando empieza una pelea. Me habéis dicho varias veces que ignoro las consecuencias, pero no es así. Entiendo que, cuando pego a otro, esa persona podría devolverme el golpe, y eso es una consecuencia. Sin embargo, a veces, es un hecho que hay que aceptar.
Has dicho que no eres un temerario y dos segundos después te ha parecido bien que existan las disputas.
Es porque entiendo que la violencia forma parte de la vida y, a diferencia de ti, no hago como que no es así. Pero bueno, eso es una parte minúscula de lo que estoy explicando. La mayoría del tiempo, hacer lo que te pide el corazón no es una cuestión de violencia, sino de amor. Todos tenemos el derecho a ser felices. Todos tenemos el derecho a vivir al máximo. Es lo único que pido. Quiero que la gente pueda ponerse en acción y que la sociedad no le diga qué puede hacer y qué no.
¿No cometer crímenes, por ejemplo?
¿Quieres dejar de obsesionarte con ese pequeño aspecto? La inmensa mayoría del tiempo, la gente no hace daño a nadie cuando se entrega a sus pasiones.
¿Ni siquiera a sí misma? Haces como si los impulsos siempre nos guiasen por el buen camino, pero también nos empujan a hacer tonterías.
No, los impulsos nos llevan a hacer cosas y a descubrir quiénes somos.
No es así: nos llevan a satisfacer deseos biológicos. Cuando nos enfadamos, nuestra adrenalina se dispara y nos notamos más vivaces. La ira es un efecto secundario de que nuestro cuerpo intente protegernos.
No, la ira y la adrenalina son un mensaje de nuestro cuerpo para que entendamos lo que debemos hacer. A diferencia de ti, yo no ignoro mis impulsos, así que he aprendido a comprenderlos.
Demos el turno a Blanco. Ya nos explicaste tu meta en la entrevista anterior. Hoy quizá puedas hablarnos sobre ella en el contexto de los otros colores.
Rojo no para de decir que debemos velar por nosotros mismos. Yo creo que nuestro cometido es más elevado y que debemos cuidarnos unos a otros. Si todos trabajamos juntos, podemos lograr lo que queramos. Sin embargo, para conseguirlo, debemos dejar de lado nuestra codicia y nuestra envidia. No hay necesidad de acaparar todo lo que podamos; basta con tomar lo que necesitemos y, si todos actuásemos así, podríamos sustentarnos. El motivo de que exista el sufrimiento no es que no tengamos los recursos necesarios para todo el mundo, sino que hay demasiadas personas egoístas.
Esa idea de que todos debemos tratarnos por igual es ajena a la naturaleza humana. Yo invertiré más recursos y energías con aquellos que me importan. Sugerir lo contrario sería una tontería.
Mentor en venardiente | Ilustración de Chase Stone
Pero en el mundo que yo propongo, tú y tus seres queridos no sufriríais. Todo el mundo tendría sus necesidades cubiertas.
Hablas como si lo único que nos hiciese falta fuese suficiente comida. La gente tiene otras necesidades aparte de las físicas. Necesitamos sentir que encajamos en el mundo. Necesitamos tener un propósito. Necesitamos pasión. Creo que en tu mundo bien ordenadito se ignoraría todo esto.
La gente tendría algo de libertad, pero no sería ilimitada. En cuanto tu libertad me impida ser libre a mí, te habrás excedido. Las leyes existen porque protegen a la gente y definen qué es aceptable y qué no.
Entiendo que las leyes comiencen teniendo un propósito noble, pero cada vez que se crea una nueva restricción, se limita la posibilidad de expresar algo.
Ese es el sacrificio necesario para lograr que todo el mundo disponga de lo que le haga falta.
Pues yo digo que es excesivo. Entiendo que las libertades personales puedan hacer sufrir a alguien, pero muchas más personas sufren cuando se arrebatan esas libertades.
Habéis debatido bastante sobre vuestros conflictos con Rojo. Blanco y Azul, ¿tenéis alguna reyerta entre vosotros?
Blanco y yo estamos en el mismo bando en lo que se refiere a la necesidad de orden. A mí me interesa un poco más lo personal y a Blanco, lo social, pero estamos de acuerdo en que no hay nada más peligroso que el caos. Creo que discrepamos más en lo tocante al papel que todos desempeñamos en nuestro propio destino. Este conflicto se puede ver mejor si analizamos nuestra relación con nuestros otros aliados: Negro en mi caso y Verde en el de Blanco. Negro y yo estamos de acuerdo en que nuestro destino no está predeterminado y que podemos obrar para encaminar nuestro futuro. Blanco comparte con Verde la creencia de que las cosas están establecidas de una manera concreta y que es infructífero oponerse al destino.
Para mí, la mayor diferencia entre Azul y yo es que buscamos cosas ligeramente distintas. Ambos queremos crear un mundo perfecto, pero él se centra en el lado individual, mientras que yo me oriento hacia el aspecto comunitario. Azul da un poco más de relevancia que yo a lo personal. Aun así, trabajamos muy bien juntos y podemos elaborar normas y leyes realmente hermosas.
Eso es todo lo que podemos debatir por hoy. Sé que nos hemos centrado un poco en los conflictos este vosotros y querría que nos despidiésemos con un aire de colaboración. ¿Podríais explicar en pocas palabras a los jugadores por qué deberían usar vuestro clan? Sigamos el mismo orden de las presentaciones.
La mente es el arma más poderosa.
Un enemigo confiado es un enemigo vulnerable.
Existen contramedidas para todos los planes.
Gracias a todos por acudir a esta entrevista. Creo que hemos aprendido cosas nuevas con ella.
Como siempre, me gustaría recibir vuestros comentarios sobre esta entrevista-artículo por correo electrónico o en cualquiera de mis perfiles en redes sociales (Twitter, Tumblr, Google+ e Instagram).
Volved la semana que viene, en la que volveremos al pasado y echaremos otro vistazo a Unglued 2.
Hasta entonces, espero que deis con vuestra propia meta y con los medios para alcanzarla.
"Drive to Work #170—2004"
Aquí os traigo otro podcast de mi serie "20 Years in 20 Podcasts", en la que repaso todos los años de la historia del juego. En esta ocasión, os hablo acerca de 2003.
"Drive to Work #171—Lessons Learned, Part 5"
Este podcast es otra entrega de la serie "Lessons Learned", donde comento las lecciones que he aprendido con las colecciones que he liderado. Este podcast es la primera parte (de dos) sobre lo que me aportó dirigir el proceso de diseño de Cicatrices de Mirrodin.
- Episode 171 : Lessons Learned, Part 5 (13.1 MB)
- Episode 170 : 2004 (16.1 MB)
- Episode 169 : Onslaught, Part 6 (15.6 MB)
- Episode 168 : Onslaught, Part 5 (12.9 MB)
- Episode 167 : Onslaught, Part 4 (13.0 MB)
- Complete Drive To Work Podcast Archive