¡Bienvenidos a la Semana Abzana! Durante estos días, vamos a hablaros sobre la cuña blanca-negra-verde. También habrá semanas dedicadas a los demás clanes (que se repartirán a lo largo de varios meses) y he pensado que, durante estas ocasiones, podría analizar de nuevo los colores y cómo interactúan unos con otros. Podéis consultar mi página sobre el sistema de colores (en inglés), que contiene mis artículos acerca de las filosofías individuales de cada color, dos series de artículos sobre las combinaciones bicolores y mi ciclo de textos sobre las semanas temáticas de los fragmentos. Además, hay otros artículos donde hablo sobre el sistema de colores.

En ocasiones anteriores, examiné los colores desde muchos puntos de vista distintos e incluso escribí una serie donde los "entrevistaba". Para las semanas temáticas de las cuñas, me interesaba explorar las relaciones entre los colores, así que voy a reunirlos de tres en tres en una misma sala y a hacer entrevistas en grupo. Mi objetivo es plantearles algunas preguntas y luego retirarme para dejar que hablen entre ellos.

Espero que encontréis divertido este sistema, porque vamos a empezar.

Hola, me gustaría que comencéis por presentaros. Hagámoslo según el orden por el que aparecéis en los costes de maná de las cartas abzanas.

Hola, soy Blanco y sirvo como color principal de la cuña abzana. Mi objetivo es lograr la paz mediante la estructuración.

Yo soy Negro. En esta cuña, me han emparejado con mis dos enemigos, así que imaginaos lo divertido que es esto. Lo mío es hacerme con el poder cuando se presentan oportunidades.

Y yo soy Verde. Mi cometido es lograr la aceptación a través de la sabiduría. No os preocupéis, porque poca gente comprende qué significa eso. Hoy os lo explicaré.

¿Por qué no empezamos por hablar un poco sobre el aspecto que representa esta cuña? ¿Qué pensáis sobre la resistencia?

Llámalo resistencia si quieres, pero yo lo considero como supervivencia. ¿Sabéis cuál es el primer objetivo de todo individuo? No dejarse matar.

¿No teníamos que hablar por orden?

¿Quién lo ha dicho? Este señor nos ha pedido que nos presentásemos por orden y le he hecho caso, pero no ha comentado nada sobre el resto de la entrevista. Aparte, no sé si has leído la introducción, pero comentaba que iba a retirarse para que hablemos entre nosotros, así que apechuga.

Esta entrevista transcurriría de forma mucho más ordenada si siguiésemos una estructura fija.

Qué orden ni qué ocho cuartos. Je, si te molesta que hable "fuera de turno", mejor que mejor.

No hay motivo para no ser cívicos. Al fin y al cabo, estamos trabajando juntos como una cuña.

Yo estoy aquí por mis motivos, no por los tuyos. Yo quiero sobrevivir y he formado equipo con vosotros porque sois los otros dos a los que se les da mejor, y punto.

Arenas florecientes | Ilustración de Sam Burley

Me tomaré eso como un cumplido. Gracias.

No era un cumplido. A ver... Técnicamente, lo es, pero no pretendía que lo fuese. En fin, lo que hacemos en esta cuña es sobrevivir al principio y en la etapa intermedia de la partida para dominarla al final. Me gusta esa estrategia.

Tú y yo tenemos nuestras diferencias, pero al menos entiendes lo importante que es planear a largo plazo. Rojo me pondría de los nervios si lo tuviese aquí.

Y tú parece que entiendes lo importante que es hacer sacrificios. Tienes esa dichosa tendencia por martirizarte, pero captas que, a veces, hay que perder cosas al principio para ganar a la larga.

Todo está relacionado. La diminuta semilla y el gran roble no son más que dos extremos del mismo espectro.

A este no hay quien lo entienda.

No existe la partida a corto o largo plazo. Solo hay un enfrentamiento continuo en constante evolución.

Por mucho que hables, no se te entiende.

Creo que Verde intenta decir que, para resistir, hay que saber en todo momento cuál es el objetivo final. Los soldados dan sus vidas porque saben lo que aportan al ejército.

Qué raro, pero estamos de acuerdo, salvo en eso de decir a los soldados que van a morir. Las cosas salen mejor cuando los que tienen que sacrificarse no lo saben. Así evitas que se desvíen del plan.

Sacerdote guerrero abzano | Ilustración de Chris Rahn

Solo dices eso porque nunca te molestas en compartir el plan con los que trabajan para ti. Si les hicieses partícipes de tus objetivos, tal vez trabajarían como un equipo. Ah, pero claro: no te importan, para ti solo son peones.

Deja de dártelas de buenazo, porque tú también utilizas peones. La única diferencia es que desperdicias tiempo y energías haciéndoles creer que es idea suya sacrificarse. Eso sí, reconozco que lo tuyo tiene mérito, porque a mí me cuesta que mis tropas se lancen a morir, así que enhorabuena.

Yo prefiero pensar de forma un poco distinta. El crecimiento aporta fuerza. Si permites que el tiempo haga crecer a cualquier ser, este se volverá más fuerte.

Lo que no te mata te hace más fuerte, ¿no?

Lo que sobrevive es más fuerte, gracias a la experiencia.

Tanto monta, monta tanto.

Creo que el punto en común entre nosotros tres es que todos, a nuestra manera, entendemos la necesidad de resistir. Hay que hacer sacrificios si se da prioridad al futuro y los tres estamos dispuestos a pagar el precio... aunque algunos lo hagan de forma un tanto más bárbara que otros.

¿Ya estamos otra vez? Mira, tú crees en eso del ciclo de la vida y la muerte. No entiendo por qué no consideras que sacar partido de la muerte es parte del "orden natural". Si un guepardo mata a una gacela para comer y eso es natural, ¿por qué es antinatural que una persona mate a otra para robarle la comida y no morir de hambre? Lo tuyo no es coherente.

Si no aprecias la diferencia entre cazar y asesinar a sangre fría, poco puedo decir para persuadirte. La muerte es un proceso natural. Lo que me consterna es que la utilices como arma para distorsionar la naturaleza.

¿Por qué no hablamos un poco sobre los recursos mecánicos que tenéis los tres para resistir?

Para empezar, los tres solemos disponer de los valores de resistencia más elevados. Negro y yo tenemos más criaturas con una resistencia superior a su fuerza, y verde cuenta con las criaturas más grandes, así que son las más resistentes por naturaleza.

Murallas deslumbrantes | Ilustración de Jung Park

Blanco y yo somos los dos colores con la mecánica de vigilancia, que es defensiva. Negro y yo tenemos regeneración, que también puede ser defensiva, aunque él la usa a menudo para atacar.

Verde, Blanco y yo somos los tres colores más capaces de devolver cosas del cementerio, tanto a la mano como al campo de batalla.

También somos los tres colores más capaces de ganar vidas. Verde y yo incluso podemos hacerlo sin dañar a nadie.

Blanco y yo tenemos buenos removals. Verde tiene efectos de luchar, vale, pero aparte de eso, se le da de pena.

He aquí mi respuesta: bloqueo con la criatura más grande.

¿Con la que acabo de matar con mi hechizo?

Nuestro otro punto en común es que todos tenemos un estilo de juego que nos permite dominar la mesa e impedir que nos derroten. Sin embargo, cada uno lo hace a su manera. Mi método es ser proactivo y utilizar cartas que impiden que el oponente tenga estrategias viables para ganar. Establezco normas y creo defensas que hacen difícil vencerme.

Mi estilo es más directo: yo mato todo lo que me amenaza. Lo que no pueda eliminar en el campo de batalla, lo quito de en medio antes de que se pueda lanzar. La clave es centrar todas mis energías en eliminar las amenazas y encargarme de todo antes de pasar al ataque.

Mi estrategia es conseguir maná más rápido que mis oponentes y utilizar mis amenazas antes. Crecer mejor que mis rivales me permite abrumarlos poco a poco.

¿Es raro estar en una cuña donde uno de vosotros es el enemigo de los demás?

Ya hubo algo similar en los fragmentos. Negro y yo estábamos juntos en Esper, y Negro y Verde estaban en Jund. La única diferencia era que todos contábamos con un fragmento donde no teníamos que convivir con ninguno de nuestros enemigos, pero en las cuñas no se da el caso.

Yo he llegado a la conclusión de que todos nos definimos por quienes nos rodean, así que parte de nuestras identidades como colores se basan en el hecho de que nuestros enemigos existen. No siento aprecio por Negro, pero a nivel general, comprendo por qué existe.

Ahora te voy a dar la auténtica respuesta. Sí, da asco, sobre todo para mí, porque no tengo ni un aliado en esta cuña; cero patatero. Ni te imaginas lo molesto que es tener que escuchar las charlas de estos dos. "¿A que tenemos un grupo maravilloso? ¿A que es fantástico tomar malas decisiones y dar prioridad a los débiles en vez de a los fuertes?".

Dar prioridad al grupo es valorar la fuerza, no la debilidad. Juntos luchamos mejor que separados.

Tú mimas a los débiles. ¿Cómo va a ser eso una señal de fuerza?

El grupo es más fuerte que los individuos. Pero claro, tú nunca lo entenderás porque eso requiere altruismo, y tú eres incapaz de sentirlo.

Aunque tengas un grupo, no hace falta que haya igualdad. De hecho, yo tengo un grupo y todos me sirven a mí. Si tengo que sacrificar a alguien, elijo a quien más me convenga.

Dunas estruendosas | Ilustración de Ryan Alexander Lee

Negro no entiende la importancia de la simbiosis, la idea de que existe fuerza en la colaboración con los demás.

Venga ya. ¿Tú no crees en la supervivencia del más fuerte? La naturaleza se basa en eso. Me encanta que hables sobre la red de la vida y la estructura del reino animal. Si un ser es capaz de comerse a otro, lo hará. No existe la igualdad, solo el almuerzo.

Lo único que sabes apreciar es la dinámica entre depredador y presa, pero las relaciones de armonía entre animales son igual de abundantes. Incluso hay especies que ayudan a otras y cumplen una función.

¿Qué es lo que hace que vuestra relación funcione en el clan Abzan?

Cuando dejamos de lado nuestras diferencias, la verdad es que nuestras habilidades se complementan muy bien. Yo proporciono defensa proactiva, Negro aporta defensa activa y Verde nos da crecimiento para desarrollar nuestro maná.

Las otras cuñas se centran más en crear amenazas. Nosotros adoptamos la actitud de que "el mejor ataque es una buena defensa". Si logramos protegernos mientras nuestros oponentes gastan sus recursos, podemos aprovechar ese punto débil.

Ciudadela esteparenosa | Ilustración de Sam Burley

Además, tenemos recursos para prosperar. Aunque nuestra actitud es defensiva en las etapas inicial e intermedia de las partidas, eso nos permite crear amenazas gigantes hacia el final. Normalmente, yo tengo que utilizar mis recursos para defenderme, pero como Blanco y Negro disponen de herramientas para hacerlo, puedo centrarme en conseguir que nuestras bazas entren en escena antes.

Nuestro objetivo es dejar que nuestros enemigos se desgasten mientras intentan liquidarnos. Una vez que se agoten, serán presas fáciles.

Creo que la clave de nuestra estrategia es que estamos dispuestos a no dar prioridad a desplegar nuestras amenazas, a cambio de contar con respuestas.

Como afirmó el famoso antiguo profesional Dave Price: "Hay respuestas incorrectas, pero no hay amenazas incorrectas".

¿Era un Mardu?

Hay muchas respuestas incorrectas. A mí me pasa constantemente; por ejemplo, a veces tengo un hechizo de destrucción en la mano y mi oponente juega una criatura con antimaleficio, que se regenera o que tiene protección contra negro. De hecho, esa es una de nuestras estrategias básicas. No queremos crear demasiadas amenazas, porque así no permitimos que nuestros oponentes respondan a ellas. No tienes ni idea de lo fantástico que es ver el pánico en los ojos de tus rivales porque ninguna de sus cartas es relevante para el estado de la mesa.

Negro es como es, pero tiene algo de razón. La estrategia abzana es muy sencilla: nos atrincheramos y nos preparamos contra todo lo que nuestros enemigos puedan echarnos encima. Cuando hayan agotado sus recursos, y solo entonces, pasamos a la ofensiva y ganamos la partida. El poder de la naturaleza reside en su capacidad para resistir constantemente.

Mi punto de vista es el siguiente: si nunca te derrotan, tu oponente no puede vencer. Todos los demás clanes se concentran en ganar, mientras que nosotros nos especializamos en no perder. La clave es utilizar todos nuestros recursos para defendernos.

Cuando empezamos, todos comentasteis cuál es vuestro objetivo final y los medios que usáis para cumplirlo. ¿Podemos hablar un poco más sobre eso?
De acuerdo. Mi objetivo es hacerme con el poder cuando se presentan oportunidades. He aquí lo que significa eso: yo creo en los méritos. Creo que todo individuo debe tener la oportunidad de triunfar. Los que sepan aprovechar las oportunidades prosperarán; los que no, sufrirán. La gente tiene éxito o fracasa en función de sus méritos, no hay nada más justo que eso.

Tú matas gente, a tu gente, y lo haces por costumbre. ¿Cómo va a ser eso dar oportunidades?

Las ramas no te dejan ver el bosque. Quien quiera trabajar para mí puede hacerlo, no rechazo a nadie. Los que me son útiles ascienden en mi organización. Los que no, tienen otros usos. Tú motiva a tu gente a tu manera y yo lo haré a la mía.

Ves a todos en función de lo que pueden hacer por ti.

No, todo individuo debe cuidarse a sí mismo. Parte de ese proceso es entender quién tiene el poder. Si puedes hacerte con él, deberías. Si no, debes respetar a quien lo tenga. Mi sistema es muy sencillo.

Excepto para la gente humilde.

¿Los mansos? ¿Y por qué iba a premiar la debilidad? Entiendo que tú quieras recompensar solo por existir, pero yo tengo el listón un poco más alto. ¿Alguien quiere algo en la vida? Pues que espabile y se lo gane. Repartir regalos gratis no sirve para que la gente trate de mejorar. "Actúa o muere" es una motivación mucho más eficaz que "haz lo que quieras y se te premiará igualmente".

¿No entiendes que hay suficientes recursos en el mundo como para que todos puedan vivir cómodamente? Todos pueden alimentarse, estar sanos y vivir seguros, pero para eso hace falta que la gente deje de tomar más de lo que necesita. Tu método incita a que unos pocos prosperen a costa del bienestar de los demás.

Y el tuyo castiga a quienes toman la iniciativa de hacer algo mejor con sus vidas. Tú castigas los méritos, los logros y la motivación. ¿Por qué iba alguien a esforzarse por mejorar las cosas si no hay recompensa por ello?

Hay recompensas, pero son para el conjunto de la sociedad, no para el individuo.

Es decir, ¿que yo tengo que trabajar duro para que puedan beneficiarse otros?

¡Exacto!

¡¿Cómo que exacto?! No me puedo creer que esa sea tu respuesta. Por desgracia, era predecible, pero sigo sin creérmelo. ¿Tú que dices, Verde? Sé que tú crees en la supervivencia del más fuerte. Esto me parece importante, échame una mano.

Creo en la supervivencia del más fuerte, pero me parece que manipulas su significado. Un león matará a una gacela para comérsela, pero solo matará lo que sea necesario para su manada; no acabará con todas las gacelas que vea solo porque pueda hacerlo. De hecho, si el león las matase a todas, ¿sabes qué sucedería? Que pronto se quedaría sin gacelas para alimentarse. La supervivencia del más fuerte consiste en sobrevivir, no en alterar el orden de las cosas por motivos egoístas.

Secreto ráksasa | Ilustración de Magali Villeneuve

Pero el león es el rey de la selva porque puede hacerlo. Se gana ese derecho.

No, el león es el rey de la selva porque nació para desempeñar ese papel. Ninguna gacela usurpará su puesto, por mucha iniciativa que muestre o méritos que haga. La esperanza de la gacela siempre es evitar que el león la devore, no comer al león. Ahí reside el error de tu creencia, ya que en ella se asume que la gacela podría desempeñar cualquier papel para el que no haya nacido, si tuviese la oportunidad.

Como dice Azul: "No estamos anclados en un papel, podemos cambiar quienes somos".

Lo único que puedes hacer es engañarte y creer que no eres parte de un ecosistema ya determinado.

Quiero ceder la palabra a Blanco para que describa su filosofía. Verde, tú irás después.

Mi objetivo final es la paz, y pretendo lograrla mediante la estructuración. Es decir, considero que podemos vivir en un mundo donde todos dispongan de lo que necesiten y nadie tenga por qué pasar hambre o sentir dolor y miedo. Tenemos los medios necesarios para que todos podamos convivir en paz. He aquí el problema: hay gente, como Negro, que prefiere mirar por sí misma a costa de los demás, lo que impide llevar a cabo la utopía que propongo.

¿Utopía? Qué curioso, no es habitual llamar así a una dictadura.

Todos podemos vivir en paz. Tenemos los medios para hacerlo y lo único que nos lo impide somos nosotros mismos. Por eso importa la estructura: la gente necesita una brújula moral, un conjunto ético que establezca qué está bien y qué está mal. La gente se extravía con facilidad, por eso es crucial que haya una moral, una serie clara de códigos éticos. Además, como la gente puede ser débil, necesitamos unas leyes estrictas que expliquen qué es aceptable y qué no lo es. Negro tiene razón en cuanto a que la gente necesita motivaciones. La estabilidad del grupo, la confraternización y el amor serán motivaciones positivas. El castigo impuesto por la ley será la motivación negativa; si haces X o Y, habrá repercusiones.

Heraldo de Anafenza | Ilustración de Aaron Miller

¿Y a cuánta libertad hay que renunciar?

¿Libertad? Ahora hablas como Rojo.

Tu utopía suena de maravilla... hasta que entiendes qué precio hay que pagar. En tu mundo, la gente no tiene poder de decisión.

Claro que sí, como grupo.

Lo que tú digas. La gente no puede decidir a nivel individual. Si lo que alguien quiere no es lo que decida la mayoría, le toca pasar por el aro.

Será porque el deseo de uno podría perjudicar al grupo, así que no sería una decisión adecuada.

¿Y quién sabe lo que perjudica al grupo? Quizá sea algo que no se le haya ocurrido al grupo. Tal vez sea algo importante para los individuos, no para el grupo. Como sociedad, prosperamos porque cada persona puede seguir el camino que la motive. Puede que la idea de un individuo conduzca a algo que más tarde beneficiará al colectivo. Pero claro, en tu mundo nunca lo sabremos, porque el grupo no permite llevar a cabo esa idea, ya que el grupo quizá no la entienda.

Puede que me sintiese más de acuerdo con tu filosofía sobre los derechos del individuo si no supiese que no es más que una forma de motivar el egoísmo.

El egoísmo no es malo. Está bien dar prioridad a los antojos y deseos de uno mismo, porque nadie más lo hará. Considero que las personas deben velar por sí mismas porque son quienes más motivos tienen para hacerlo. En mi sistema, todo el mundo tiene a alguien que lo protege: uno mismo.

¿A costa de no proteger a los demás?

Para nada; cualquiera puede preocuparse por los demás y ayudarles. Simplemente, no lo hará por sacrificio. Nadie debería estar obligado a hacer algo que le perjudica, solo por el bienestar de los demás. ¿Que quieres ayudar de forma voluntaria? Pues muy bien. Me parece una tontería, pero creo que la gente tiene el derecho de hacerlas. Lo que pretendo decir es que no hay que imponer esa decisión a nadie.

Verde, tu turno.
Gracias. Mi cometido final es lograr la aceptación y mi medio para lograrla es la armonía. Todos los demás colores creen que, para lograr un mundo mejor, hay que cambiarlo. Mi creencia es que el mundo que ya tenemos es el que necesitamos. En lugar de intentar alterar el mundo, debemos aceptarlo tal como es. Tratar de modificar el entorno es inútil, así que ¿por qué no aprender a disfrutar de lo que tenemos?

¿Crees que cambiar el mundo no sirve de nada? No dejas de repetirme que intento alterar el orden natural. Si tan difícil es cambiar las cosas, ¿qué importa lo que yo haga?

¿Quieres hacer el favor de dejarme explicar mi filosofía sin interrumpirme?

Ya veo otra cosa que tenéis en común. Cada vez que hago lo que quiero, hay algún motivo por el que no encaja con vuestros puntos de vista sobre las cosas y eso me vuelve impertinente.

De hecho, ahora estás siendo un impertinente de manual.

Vale, vale. Venga, sigue explicando tu interesantísima perspectiva sobre el mundo.

Como iba diciendo, el mundo ya tiene un orden y una estructura establecida. En lugar de intentar cambiarlo, yo abogo por comprenderlo. La armonía es el acto de vivir en simbiosis con algo para entenderlo, pero no a nivel intelectual, sino espiritual. Para conocer la tierra, hay que convertirse en uno con ella.

Buscar el horizonte | Ilustración de Min Yum

Por cierto, dime cuándo puedo interrumpir para reírme de ti. Sin prisas, eh. Estoy preparándome algunas cosas interesantes para cuando estés listo.

Por supuesto, también tienes que menospreciar mi punto de vista. Jamás te tomas tu tiempo para analizar las creencias de los demás, solo las tuyas.

Me portaré lo mejor que pueda. Deja que te pregunte algo: si los individuos pueden hacer cosas para influir en la naturaleza, ¿por qué eso no es parte de la propia naturaleza? O sea, todos somos creaciones de la tierra. ¿Por qué mis actos son distintos de los de un oso?

Porque el oso no trata de imponerse al orden natural. El oso desempeña un papel y se ciñe a él.

¿Y si no lo hiciese? ¿Qué pasaría si se volviese loco y empezase a matar todo lo que se le pusiese por delante? ¿Eso seguiría siendo natural?

¿A qué te refieres?

A que pones mucho empeño en distinguir lo que es natural y lo que no. ¿Y si todo fuese natural? ¿Y si el mundo fuese aquello en lo que lo convirtiésemos? Si talase un árbol, el mundo sería el mundo, pero con un árbol menos.

Lo cual tendría repercusiones. Ese es tu problema: te dan igual las consecuencias. Tu actitud es que puedes hacer lo que te venga en gana e ignorar lo que pueda suceder a raíz de ello. La gente como tú es el motivo por el que existe la contaminación.

Y el crimen.

Por lo que parece, opinas que las personas no son responsables de lo que desencadenen sus actos. Sin embargo, el mundo es nuestro bien más preciado y nuestra responsabilidad es cuidarlo. Parte de la aceptación implica entender cuál es nuestra función, y cumplirla.

Hemos hablado mucho sobre el conflicto que tenéis los dos con Negro. Blanco, Verde, ¿existe alguno entre vosotros?
Creo que él y yo no tenemos conflictos, sino puntos de vista ligeramente distintos acerca del mundo. A ninguno nos gusta el egoísmo ni el impacto que causa en el entorno. Creo que yo me centro un poco más en las consecuencias para la sociedad, mientras que Verde se preocupa más por el medio ambiente. Ambos anteponemos las necesidades del colectivo a las del individuo, pero valoramos aspectos distintos. Los dos creemos que existen verdades definitivas, pero no son exactamente las mismas. Yo valoro el sentido de la moral, mientras que él aprecia el orden natural a gran escala, una especie de red de la vida. Verde, ¿me he olvidado de algo?

Creo que nuestro mayor conflicto se plasma mejor en la disputa entre nuestros otros aliados. Mi otro compañero es Rojo, mientras que el de Blanco es Azul. Fundamentalmente, creo que el vínculo entre todos los seres vivos es tácito, instintivo por naturaleza. Somos quienes somos debido a lo que hay en nuestro interior. No es algo que podamos explicar con palabras de forma consciente. Me parece que Blanco se inclina por creer que el progreso se alcanza mediante un proceso mental definido. Aquello que une a la gente es algo que todos pueden entender y con lo que están de acuerdo. En resumen, buscamos cosas similares, pero nuestros métodos para lograrlas son muy diferentes.

Se nos acaba el tiempo, así que haré solo una pregunta más. Todos trabajáis juntos como el clan Abzan. ¿Por qué no tratáis de persuadir en pocas palabras a los jugadores para que opten por él? Sigamos el mismo orden de las presentaciones.
Disponer de amenazas es apreciable. Disponer de respuestas no tiene precio.

Un enemigo nunca es más vulnerable que cuando trata de mataros y fracasa.

Una humilde brizna de hierba sobrevive mejor al vendaval que un gran roble.

Gracias a los tres por haber participado en la entrevista; ha sido de lo más reveladora.

Rinoceronte de asedio | Ilustración de Volkan Baga

Espero que este debate os haya resultado interesante. Como siempre, me encantaría recibir vuestros comentarios por correo electrónico o en mis perfiles en redes sociales (Twitter, Tumblr, Google+ e Instagram).

Volved la semana que viene, donde analizaré un concepto de diseño sobre el que jamás he escrito.

Hasta entonces, espero que la columna de hoy dé lugar a vuestros propios debates.


"Drive to Work #160—2003"

Este podcast es otra entrega de mi serie "20 Years in 20 Podcasts", en la que repaso todos los años de la vida de Magic. Hoy hablaré sobre 2003.

"Drive to Work #161—Design Space"

A menudo me preguntan cómo calculo cuánto espacio de diseño tiene una mecánica o una temática. En este podcast os explico qué proceso sigo para hacerlo.