LA CREACIÓN DE BASRI KET
Soy Liz Leo, la productora creativa del equipo de desarrollo de franquicias de Wizards. Hoy quiero reunir a varios miembros clave para la crear al Planeswalker más reciente de Magic y pedirles que nos resuman todo lo que hay que saber acerca de Basri Ket.
Cuando diseñamos un Planeswalker, a menudo nos indican que debe habitar y representar plenamente un mundo específico. El caso más reciente fue la incorporación de Lukka en Ikoria: el personaje está relacionado con el trasfondo de la colección gracias a su indumentaria, sus poderes y su historia. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando la tarea es diseñar un Planeswalker para una colección que no representa un único plano? Las colecciones básicas son perfectas para presentar personajes que aún no han intervenido en la historia principal y prepararlos para formar parte del futuro de Magic.
En el caso de la Colección básica 2021 (M21), la nueva incorporación al elenco es Basri Ket. Hoy he reunido al diseñador narrativo sénior Gerritt Turner, al director de arte sénior Daniel Ketchum y a la diseñadora de juego Sydney Adams para que respondan algunas preguntas acerca de cómo dieron vida a Basri.
P: Empecemos por averiguar quién es Basri. ¿Cómo nació el personaje y cuáles son los fundamentos de su historia?
Daniel Ketchum: Cuando nos encargaron crear un nuevo paladín para el color blanco, ideamos una serie de conceptos. Puede que algunos de ellos vean la luz del día en el futuro, pero al final consideramos que Basri Ket era el más adecuado para esta ocasión. Basri es un paladín en el sentido más puro de la palabra, pues hizo un juramento a un ideal. Esto hace que sea un personaje comprensible para los principiantes en Magic que conozcan las convenciones del género fantástico. Aun así, los detalles que utilizamos para caracterizar a Basri dan un giro a esas convenciones y resultarán gratificantes para los fans veteranos, a la par que representan los principios del blanco en el sistema de colores de Magic: protección, orden y colaboración para lograr el bien común.
Gerritt Turner: Como puede deducirse de la ilustración de su carta, Basri nació en el plano desértico de Amonkhet. Desde una edad temprana, idolatraba a Oketra (la diosa felina de la solidaridad) y trataba de seguir sus enseñanzas al pie de la letra. Lo único que quería Basri era demostrar su valía ante ella superando la Prueba de solidaridad, y tuvo ocasión de hacerlo poco antes de lo que ocurrió en las colecciones ambientadas en Amonkhet. Gracias al liderazgo de Basri, la simiente de la que formaba parte sobrevivió a la ordalía y el propio Basri reclamó la flecha de Oketra para terminar la Prueba. En un momento de puro júbilo, su chispa latente de Planeswalker se encendió y Basri desapareció.
Obviamente, esto fue un giro de los acontecimientos muy impactante para Basri, que tardó un tiempo en descubrir qué le había sucedido. Hasta ese viaje inesperado, no sabía nada acerca de los Planeswalkers o el Multiverso. Cuando por fin descubrió la verdad sobre su propia naturaleza, las ganas de volver a su hogar se apoderaron de él, pero...
P: Tuvo que ser toda una montaña rusa de emociones. ¿Cómo lidia Basri con lo que le ocurrió a su plano natal?
Sydney Adams: Sin nada a lo que aferrarse, Basri experimentó una crisis de fe. Le hubiera sido fácil olvidar a Oketra, renunciar a su fe y convertir aquello en su modo de seguir adelante. En vez de eso, Basri vio las penurias y el dolor de su gente y comprendió que aún tenía una labor que hacer. Reunió a los heridos y los exhaustos, les infundió coraje con sus conocimientos y comprendió que las enseñanzas de Oketra seguían siendo ciertas. Basri se percató de que, aunque Oketra ya no estuviera, sus lecciones sobre la lealtad, el respeto y la solidaridad perduran en los discípulos de la diosa y en él mismo. En ese momento, el personaje experimentó un cambio increíble, una especie de proceso de maduración. Oketra había sido una figura materna que le había ofrecido muchísimo y Basri entendió a nivel personal que siempre estaría con él y que aún podía usar aquellas enseñanzas para cambiar el mundo.
DK: Uno de los aspectos que más me entusiasman de Basri es que se crio, literalmente, en una burbuja artificial (la Hekma), pero ahora ha descubierto que todo ese mundo era falso y que hay un inmenso y desconocido Multiverso ante él. Me encanta que su manera de lidiar con esa revelación consista en asimilar una verdad fundamental aprendida en Amonkhet que sigue siendo cierta en todos los mundos (el poder de la colaboración), y que esté dispuesto a usarla como pilar mientras descubre maravillas, peligros, sufrimientos y triunfos en su camino como Planeswalker.
GT: Aunque Basri logra hallar esperanza en medio de lo que les ocurrió a su mundo y a él, todavía soporta la carga emocional de aquellos acontecimientos. Toda la cosmovisión en Amonkhet giraba en torno a competir para demostrar la propia valía, y ese punto de vista siempre acompañará a Basri hasta cierto punto. Como personaje, tendrá que enfrentarse a ese sentido de la valía, que deberá buscar de otras formas, ahora que se han revelado la identidad y los auténticos objetivos del Dios Faraón. El ideal de Oketra pervive en la mente de Basri, y mientras este lucha contra la pérdida, esa “voz” lo guía, en sentido figurado. Si Basri puede sentirse digno del recuerdo de Oketra, quizá logre hallar la paz.
P: Me encanta ver partes de la historia de Basri en los componentes de su diseño. ¿En qué se inspiraron estos motivos visuales?
DK: Diseñar a Basri Ket fue muy divertido. Para insuflarle vida, encargamos a Kieran Yanner, un artista veterano de Magic, que reimaginase a un paladín arquetípico desde el enfoque de Amonkhet, incluyendo detalles específicos que aludiesen a Oketra. Aunque las armaduras completas no son fáciles de encontrar en los desiertos abrasadores del plano, nos pareció que hacía falta una para que se percibiera al personaje como un paladín. Por ello, la armadura conserva la silueta habitual en la tradición de la fantasía artúrica, pero los elementos que la componen son referencias específicas a Amonkhet y Oketra: el patrón de colores blanco y dorado con realces de lazotep, la coraza que incorpora en el pecho una imagen abstracta del rostro de Oketra, el sutil detalle de la bandolera vacía en la que deberían colgar los cartuchos de Basri... También prestamos atención al diseño del arma. Aunque la base es una de las flechas de Oketra (en concreto, la que Basri recuperó durante la Prueba de solidaridad), quisimos añadirle una hoja curva que se inspira en una auténtica arma del antiguo Egipto, para así darle una forma original y distintiva que parezca propia de Amonkhet.
P: Basri parece un guerrero formidable. ¿Cuáles son sus poderes y cómo utiliza su arma?
SA: Basri tiene un montón de ases en la manga. El primero es su formación militar. En Amonkhet, la religión se parece más a la de los templos shaolin que a las de los púlpitos, por lo que Basri ha entrenado el cuerpo y la mente durante toda su vida. Además, es un maestro de la estrategia y las tácticas de grupo, y su magia representa su instrucción y su personalidad. Basri comprende que sus dones le hacen más fuerte que sus camaradas, así que su objetivo principal es procurar que el grupo salga victorioso. Con su magia, puede envolver a sus aliados y a sí mismo en un aura similar a arena dorada, que le permite amortiguar el daño recibido o mejorar las habilidades de quienes se encuentren en ella.
GT: Como ha dicho Daniel, cuando la chispa de Basri se encendió, estaba sosteniendo una de las flechas de Oketra, que lo acompañó en su primer viaje como Planeswalker. Como símbolo de su devoción por la diosa, convirtió esa flecha en su arma insignia, una combinación de lanza, jabalina y hacha de combate. Hace falta mucha destreza para manejarla, pero el entrenamiento de Basri le permite hacerlo con una precisión letal.
P: ¿Por qué se diseñó este conjunto de poderes para Basri?
GT: Basri es un mago que proviene del desierto y nos interesaba ver cómo se expresaría un paladín con ese trasfondo en Magic. En general, los paladines suelen ser personajes ofensivos (que castigan el mal) o defensivos (que protegen a sus aliados o a los inocentes). Gracias a Elspeth Tirel, ya tenemos una paladina de estilo ofensivo, y también hemos visto efectos similares a la Ráfaga de arena en cartas anteriores, así que decidimos centrar los poderes de Basri en la defensa. Eso nos orientó de manera natural hacia ideas de armas o hechizos chocando contra la arena sin causar daño, y sus poderes se desarrollaron a partir de ahí.
DK: Lo que más me gusta de Basri es que todos los componentes de su diseño se compaginan a la perfección. Es un paladín devoto de Oketra que predica la virtud de la solidaridad, y ¿qué mejor elemento visual para representar ese concepto, el de mantenerse juntos, que la arena? Un único grano de arena es casi imperceptible, pero una cantidad enorme de ellos puede arrancar la carne de los huesos y erosionar montañas. Pues bien, resulta que el elemento visual perfecto para representar los valores de Basri ya cubre su plano natal como un manto. En definitiva, me encanta que, cuando utiliza sus poderes para fortalecer a sus camaradas en primera línea, esta magia se representa como un aura dorada de arena, porque no solo le otorga a Basri un componente visual distintivo que evoca Amonkhet, sino que explica sus temáticas de forma sutil.
P: Basri es un hombre de fe y ese rasgo parece muy relevante para muchos aspectos de su diseño. ¿Cómo se tomó esa decisión y de qué manera se aplicó?
GT: Mientras elaborábamos su historia, nos dimos cuenta de que un personaje motivado por la fe debería enfrentarse a algún tipo de conflicto con sus creencias, y que superar ese desafío movería a Basri a actuar y marcaría el inicio de su trayectoria por el Multiverso para convertirse en un héroe. Ese hilo de ideas nos condujo a Amonkhet, porque representa una de las mayores crisis de fe que vimos en años recientes de Magic Story. Nos pareció la oportunidad perfecta para que nuestro paladín experimentase un conflicto con su fe y saliese fortalecido por ello. En concreto, como la Hora de la Devastación fue un suceso tan perjudicial para el Multiverso, nos intrigó que entre esa desgracia también pudiera surgir un rayo de esperanza.
SA: En mi caso, cuando me mencionaron algunos rasgos del personaje, sentí curiosidad por saber si su gancho sería del estilo “¡la iglesia es corrupta, a lo orzhov!”, pero cuando me aclararon que no, pedí que me incorporasen al proceso de creación. Me pareció importante que Basri no fuera el resultado de una relación negativa con la religión. En ningún momento quise que hubiera una versión suya en la que renunciase a la fe para evolucionar como persona, porque considero que ese es un relato generalizado en torno a la religión: es algo que tus padres te obligaban a hacer, pero que abandonas al hacerte mayor. Yo creo que, siempre y cuando no se perjudique a nadie, todo el mundo tiene derecho a hacer lo que le haga feliz, con respeto y aceptación.
Como soy una persona religiosa con amigos de todas las condiciones sociales, no quería que Basri reflejase las experiencias negativas que sufrió. Basri es un personaje que desprende capacidad de apoyo, compasión y amor. Queremos que sea un símbolo positivo de la fe, sobre todo ante las tragedias. De una forma u otra, todos tenemos fe: cuando nos venimos abajo, nos levantamos porque creemos en algo. Creemos que la situación mejorará, que esta adversidad también pasará, que el sol saldrá mañana. Mi intención era que la gente viera reflejado su propio camino en este personaje.
P: Siempre me entusiasmo cuando aparecen nuevos Planeswalkers. No son solo cartas en un juego, sino personajes que nos dicen algo. Como creadores suyos, ¿qué aspectos del diseño de Basri resuenan a nivel personal?
GT: Yo me identifico con el momento en el que se encendió la chispa de Basri. Me encanta que haya un Planeswalker cuya vida cambió a raíz de un momento de júbilo. En mi trabajo en el ámbito creativo, una de las sensaciones que más aprecio ocurre cuando logras que algo encaje. Por ejemplo, eso ocurre cuando me atasco mucho tiempo en un problema, hasta que, de pronto, tengo una revelación que hace que todo funcione. Me siento de maravilla al superar ese obstáculo, cumplir mi objetivo y hacer realidad mi pasión creativa. Si fuese un Planeswalker, no me agradaría que mi viaje comenzase con un trauma. Lo que querría es que mi chispa se encendiese gracias a una sensación de alegría o asombro; que fuese algo que me empujara de forma positiva hacia ese increíble Multiverso de posibilidades. Creo que la historia de Basri refleja muy bien dicha experiencia.
SA: En mi caso, soy una mujer religiosa y mi trayectoria con la fe ha tenido conflictos, adaptación y renovación. Cuando terminé el instituto, mi iglesia celebró un evento local enorme. Tuve una crisis de fe a los 17 y, para mí, aquello fue una fractura monumental en mi manera de entender quién había sido hasta entonces. Inmediatamente después, fui a la universidad. Tuve que luchar para conciliar mis creencias, mi independencia y la sensación de traición que notaba, y por primera vez en mi vida, estaba sola. Vivía en una residencia, faltaba a los servicios dominicales, socializaba por la ciudad con mis amigos y asistía a clases intensas de análisis literario. Allí debatíamos sobre el poema de Gilgamesh, El paraíso perdido y la Biblia como obras literarias, sin favoritismos ni intereses ocultos. Aquella época me hizo comprender que no necesitaba que otra gente validara mi fe o decidiese cuál era mi relación con Dios. Tuve que analizarla y decidir por mí misma; y me adapté. Cuando elaboramos el trasfondo de Basri, entendía su estado mental porque yo fui Basri. Mucha gente realiza ese mismo viaje, que puede ser significativo o trivial. Tenemos fe en que vengan a buscarnos, pero si nadie acude, nos adaptamos. Encontramos otra manera de reanudar la marcha, “porque por fe andamos, no por vista”. Las cosas pueden parecer lúgubres, pero si en el fondo sabemos que siempre hay una forma de seguir adelante, no nos rendimos; no podemos hacerlo. Eso es lo que significa Basri para mí.
P: Falta poco para el lanzamiento de M21 y tengo muchas ganas de abrir un sobre y encontrar a Basri como carta mítica. Para terminar, ¿qué es lo que más le gusta a cada uno del diseño de Basri?
SA: Creo que los jugadores verán a Basri como una gran incorporación al color blanco. Siento curiosidad por saber qué estrategias originales, divertidas y quizá terroríficas descubrirán gracias a él.
GT: A mí me encanta la crisis de fe del personaje. Creo que hubiera podido surgir una versión de su historia en la que Basri siguiese una senda muy oscura. En cambio, admiro que, en su mayor momento de desesperación, al descubrir las ruinas de su mundo, la muerte de su diosa y la mentira de Nicol Bolas, Basri obró cual gran alquimista y convirtió las cenizas de una traición indescriptible en un propósito renovado. Me parece conmovedor que, a pesar del papel de Oketra en la mentira de las Pruebas y de su trágica muerte, el legado de sus valores (la lealtad, la solidaridad y la compasión) perdurará gracias a Basri y quizá se convierta en una fuerza del bien en el Multiverso.
DK: Basri se va a aventurar en un Multiverso variopinto y desafiante con unas habilidades muy específicas (¿repartir flechas mientras pone cara de tipo duro?), pero confía en salir adelante gracias a su creencia de que, si trabajamos juntos, podemos mejorar y lograr propósitos mayores. Es un adulto competente que está explorando mundos nuevos con el entusiasmo y el corazón noble de un joven. Creo que eso es realmente hermoso e inspirador, así que tengo ganas de ver qué le deparan los siguientes pasos en el camino.
Muchas gracias a Sydney, Gerritt y Daniel por su labor y sus reflexiones acerca de Basri Ket, el nuevo Planeswalker. ¡No te pierdas la primera ocasión de luchar en vanguardia junto a Basri durante la Presentación de M21, el día 26 de junio!