Saber usar el banquillo es un auténtico arte.

Además de las 60 cartas que incluyáis en el mazo principal, en los torneos debéis llevar 15 de banquillo. La mayoría de la gente practica utilizando solo su baraja principal, pero esa costumbre no es idónea: por pura estadística, tendréis que usar el banquillo como mínimo en la mitad de las partidas que juguéis en un campeonato. Suponiendo que no tengáis una racha increíble y ganéis todos vuestros enfrentamientos en solo dos partidas, siempre jugaréis más veces contando con el banquillo que usando solo el mazo principal.

El banquillo puede ser una de vuestras mayores armas... o una forma muy fácil de sabotearos a vosotros mismos si no lo usáis correctamente.

Podría escribir muchos artículos sobre este tema (y probablemente lo haga), pero hoy quiero centrarme en un aspecto en concreto: cómo banquillear la cantidad adecuada de cartas en un enfrentamiento de Estándar. Mis consejos también son válidos para otros entornos, pero los formatos más antiguos que Estándar suelen quebrantar estas normas generales debido a la eficacia de sus cartas de banquillo y a la cantidad de cartas de odio que hacen falta contra ciertas barajas.

¿Preparados para la lección? Pues empecemos.

El banquillo como recurso

Vuestro banquillo es un recurso limitado. Como solo podéis incluir quince cartas en él, debéis procurar que todas ellas sean relevantes y tengan un propósito. Si añadís cartas que nunca llegáis a usar, desperdiciaréis una parte del banquillo que habría podido albergar otras cartas capaces de influir en algún enfrenamiento.

Esto significa que debéis gestionar muy bien vuestras cartas. Por ejemplo, si centráis todo el banquillo en un enfrentamiento específico y siempre ganáis esos duelos, estupendo... pero es improbable que juguéis contra el mismo mazo en todas las rondas, incluso si es el más dominante del metajuego. Lo más adecuado es incluir herramientas contra diversas barajas.

Si pudierais construir el banquillo omniscientemente, vuestro objetivo sería incluir la cantidad de cartas exacta para cada enfrentamiento, de manera que logréis vencer sin banquillear ni una carta más de las imprescindibles. Aunque no seáis omniscientes, podéis intentar acercaros todo lo posible.

Omniscience
Omnisciencia | Ilustración de Jason Chan

Existen algunas formas de saber si vuestra forma de banquillear es correcta o no. Os explicaré los tres métodos principales que yo utilizo para comprobar si mi banquillo tiene la cantidad adecuada de cartas para cada enfrentamiento.

1. Comprobar que se puedan reemplazar suficientes cartas

Suponed que hay un enfrentamiento para el que necesitáis mejorar bastante vuestro mazo. Por tanto, decidís incluir siete cartas en el banquillo pensando en ese duelo. ¡Estupendo! Ahora podréis aplastar a esa baraja, así que ponéis rumbo al torneo con la confianza de tener todo lo necesario contra ella.

Os sentáis a jugar contra el mazo para el que habéis preparado a tope vuestro banquillo. Termináis la primera partida. Comenzáis a banquillear antes de la segunda... ¡y entonces os dais cuenta de que no sabéis qué cartas quitar del mazo! El resultado es que termináis reemplazando cartas que en realidad eran viables en ese enfrentamiento.

Esto es un error clásico al banquillear. Al haber solo quince huecos muy valiosos, el banquillo debe servir para mejorar vuestro mazo, no para retocarlo ligeramente.

Por ejemplo, imaginad que pilotáis un mazo Grixis Control (azul-negro-rojo) muy parecido al que utilizó Shota Yasooka para ganar el Pro Tour Kaladesh. Vuestro rival lleva una baraja agresiva, así que decidís incorporar unos cuantos hechizos anticriaturas para frenar su ofensiva. Las primeras cartas reemplazadas son fáciles de elegir: fuera contrahechizos. Sin embargo, entonces empezáis a sustituir cartas como la Doma del relámpago para hacer sitio a hechizos más eficientes. ¿Qué conseguiréis en realidad con eso?

Sí, vuestro mazo quizá sea un poco más eficiente gracias al nuevo removal, pero la mejora no será tan significativa. Desde luego, yo preferiría aprovechar esos huecos en el banquillo para preparar un enfrentamiento diferente, más que para lograr una pequeña ventaja en este.

Por otro lado, si descuidáis este aspecto, correréis el gran riesgo de debilitar vuestra baraja. Esto ocurre especialmente con los mazos agresivos, que pueden caer en la trampa de sustituir criaturas por cartas reactivas, lo que ralentizará su ritmo de juego. Los mazos deben ceñirse a su estrategia; si empezáis a desviaros de ella, os arriesgaréis a perjudicar gravemente el rendimiento del mazo.

Lo que yo hago cuando preparo mis banquillos es pensar de antemano qué cartas reemplazaré en cada enfrentamiento. Si veo que voy a quitar cartas que me gustaría conservar en el mazo principal, entonces retoco el banquillo y asigno algunos de esos huecos a otras cartas.

Os recomiendo encarecidamente que no deis por terminada la construcción del banquillo sin antes planear qué cartas sustituiréis en cada enfrentamiento.

2. Comprobar que el banquillo sea acorde a los mazos predominantes

Digamos que odiáis perder contra las barajas basadas en la Maravilla depuradora de éter, así que estudiáis a fondo el enfrentamiento y llenáis el banquillo de cartas específicas contra la Maravilla. Además, sabéis qué cartas reemplazaréis exactamente. Lo tenéis todo preparado. Esas Maravillas van a ver lo que es bueno.

Llegáis al torneo y, tal como planeabais, ese mazo no tiene ni una oportunidad de ganaros. ¿Cuál es el problema? ¡Que solo os enfrentáis a uno en toda la competición!

¿Qué ha ocurrido?

Banquillear la cantidad adecuada de cartas es importante, pero también es crucial preparar un banquillo apropiado contra los mazos a los que esperáis enfrentaros. Si prevéis que un arquetipo en concreto no tendrá mucha presencia, no necesitaréis dedicarle tantos huecos del banquillo.

Lo que yo hago habitualmente es pensar primero qué mazos podrían ser los más populares, para luego (volviendo al punto 1) asegurarme de que tendré la cantidad correcta de cartas de banquillo contra ellos y de que podré quitar el número correspondiente de cartas del mazo. Entonces, cuando veo los huecos restantes en el banquillo, selecciono algunas cartas para enfrentarme a las barajas menos populares.

Además, en ocasiones hay cartas que resultan útiles en multitud de enfrentamientos. Por ejemplo, los contrahechizos son buenos en los mirrors de control, pero también funcionan contra la Maravilla. Buscar maneras de hacer frente a las barajas menos populares utilizando cartas polivalentes es una forma fantástica de lograr un banquillo equilibrado. De ese modo, podréis neutralizar una gran variedad de mazos sin perder de vista a los más predominantes.

3. Comprobar que realmente haga falta ayuda en un enfrentamiento

El banquillo sirve para equilibrar la balanza en enfrentamientos desfavorables y para mantenerse a la par de los oponentes cuando también banquilleen. Lo que debéis evitar a toda costa es incluir demasiadas cartas para un enfrentamiento en el que ya tengáis las de ganar.

Suponed que pilotáis el susodicho mazo Grixis Control y que vuestro rival juega en torno a la Maravilla depuradora de éter. Ese enfrentamiento es muy favorable para vosotros en la primera partida. Después de banquillear, seguro que el oponente habrá incorporado un montón de cartas contra vosotros, así que tampoco podéis permitiros no banquillear nada contra él.

Sin embargo, probablemente no necesitéis sustituir demasiadas cartas.

Por un lado, no habrá muchas cartas que os interese quitar si el enfrentamiento es favorable para vosotros, como he dicho.

Por otra parte, no necesitaréis tomar medidas drásticas. Recordad que os interesa banquillear las cartas suficientes para ganar, pero no demasiadas. En estas situaciones, bastará con reemplazar unas pocas cartas. Sí, puede que el oponente tenga un banquillo enorme contra vosotros y añada diez cartas para castigaros, pero la mayoría de los jugadores solo llevan unas pocas cartas para cada enfrentamiento. Si banquilleáis un par de cartas que os den una ventaja todavía mayor, será suficiente.

El banquillo decisivo

Construir un banquillo en Estándar puede ser complicado, pero espero que estas directrices os ayuden a orientar el vuestro. Los consejos sobre el banquillo siempre vienen bien y, de hecho, están entre las peticiones más habituales que recibo.

El banquillo es un tema que da para hablar largo y tendido. Esto solo ha sido la punta del iceberg, así que podéis comentarme si el artículo os ha gustado y queréis que vuelva a escribir sobre el banquillo más adelante (o no, si pensáis lo contrario).

¿Cómo decírmelo? Bueno, siempre podéis enviarme un tuit, consultarme en Tumblr o escribirme un correo electrónico (en inglés, por favor) a BeyondBasicsMagic@gmail.com.

¡Nos vemos la semana que viene! Hasta entonces, espero que banquilleéis la cantidad exacta de cartas que necesitéis.

Gavin
@GavinVerhey
GavInsight